Buenas,
Pues
nada seguimos con otro rolato de Symbaroum Salvaje. Esta aventura era para
desarrollar más un par de tramas personales y “actualizar” el tema de los
trasgos rebeldes de los karabbadokkos (que desarrollamos un poquito cuando
llegaron a Fuerte Espina por primera vez, pero habíamos dejado en el olvido
totalmente). También apareció por ahí el Maestre Milagro, una vieja “aliada” de
Angar, el Padre Elfeno y se siguió desarrollando la curiosa relación de
Angar/Tanis y la tensión con la búsqueda del asesino del Manto Negro de Kurun,
Nicomo Lanseli...
Esta
vez el rolato lo hace Óscar desde el punto de vista de Angar.
...
... ...
PRÓLOGO
ASÍ HABLÓ AROALETA:
«…y la sangre antigua
corría por sus venas, fuerte y ancestral,
mas de la sombra de
Davokar, no les permite alejar.
Arcano humor que corres
por sus venas,
¿acaso hacen falta ungüentos
y hierbas?».
...
... ...
Tras
los últimos acontecimientos, es un tiempo de paz y tranquilidad en Fuerte
Espina, pero mi alma no está tranquila, ¿cómo estará mi pobre Ysolda? No sé
nada de ella y eso turba mis pensamientos. También está el asunto de nuestro
nuevo miembro, nada más que un Manto Negro, este hombre sospecha de mí, los
antiguos fantasmas me acechan, ¿será verdad que aquel monstruo que se hacía
pasar por un Manto Negro y siervo del gran Prios, al cual segué la vida, sería
en realidad un inocente?, no, no puede ser, pero la duda me corroe, Lanseli era
un monstruo, comía carne humana... O eso nos dijo Balliostro...
No
puedo confesar, pues de que le serviría a Ysolda que me ajusticiaran sin poder
salvarla de las garras de mi padre...
Estando
en “El Jardín de las Rosas”, disfrutando de las monedas de nuestro último trabajo
y la compañía de mis camaradas, un emisario de la iglesia nos hace llamar,
buscan a nuestro nuevo miembro el Manto Negro, e insisten en que le acompañemos
nosotros también, ¿de qué se tratará?, ¿habrán descubierto algo que me
relacione con el asesinato?, lo más cauto será mantener la templanza y si al
final he de huir, intentaré no segar ninguna vida inocente.
Al
llegar al templo nos reunimos con el Padre Elferno ha sido él, el que nos ha
hecho llamar, en particular al Manto Negro Tanis. A instancias de una anterior conversación
con él, nos ofrece una casa en Fuerte espina y el anillo de plata que nos
identifica como ciudadanos de la ciudad de pleno derecho, no es un obsequio,
como todo en la vida tiene su contrapartida pues ahora estamos al servicio de
la iglesia cuando esta nos reclame, eludo el regalo, así dejo claro que si
participo en tales obras no es por agradecimiento o pago de tal, sino por mi
devoción a Prios, y quizás solo quizás pueda enmendar un posible error de mi pasado.
Vadakh
no parece muy entusiasmado con la idea de una posible conversión a la única
religión verdadera y se aferra a las costumbres bárbaras que le trasmitió su
madre, pero acepta de buen grado los dos “regalos” de la iglesia, Fenyek es un
oportunista y como tal no me extraña que aproveche la situación para prosperar,
el único que veo sinceramente comprometido es Tanis, en verdad tengo más en
común con el de lo que me gustaría reconocer y si las circunstancias fueran
otras seguramente congeniaríamos.
Acompaño
a los demás a explorar su nueva adquisición y por qué no, descubrir zonas de la
ciudad que si en algún momento hemos estado de pasada no hemos hecho por
conocer, nos hemos acostumbrado a “El Jardín de las Rosas” y “El Reposo de la
Costurera” y que sea allí donde encontrar trabajo, pero en este tiempo y con la
cercanía del invierno el trabajo y las monedas empiezan a escasear, tengo que
pensar en el bienestar de mis cachorros de trasgo que pese a no ser hijos de
sangre, mi honor me hace velar por su seguridad, además yo tampoco soy hijo de
sangre del que una vez llamé padre, espero ser mejor en esta empresa que aquel
que me crió.
La
casa que la iglesia ha comprado para nosotros (mucho mas barata debido a ser
quienes son), recibe el nombre de Casa Kaletra y está situada en el barrio
noroeste, no muy lejos de la Plaza del Sapo. Es pequeña pero confortable, y
anexo tiene hasta un pequeño establo.
Una
vez que mis compañeros se han instalado en sus nuevas dependencias, nos
decidimos por indagar por la barriada, entre puestos del mercado y las gentes
del lugar, pues abundan los cazatesoros y la compraventa de artículos extraídos
de Davokar. Escuchamos un rumor, algo que al Manto Negro le llama la
curiosidad, pues un tal Maestre Milagro está en la ciudad, podría ser un
mercader más pero su presencia en la ciudad tiene alborotados a los
parroquianos, vende tinturas, pócimas y ungüentos, y solo pasa por la ciudad
cada tanto. Tanis por su parte está interesado en conocer a tal personaje y qué
es lo que vende, su instinto parece prevenirle por si las almas de estas buenas
o no tan buenas gentes, están en peligro de que las corrompan con algún extraño
elixir de extraña procedencia.
También
pudimos disfrutar de la verborrea de Fenyek que tras percibir una posible
reprimenda hacia un congénere suyo y una posible mala elección de este decide
intervenir salvando la situación, comprando la caja de fruta que anteriormente
el pequeño siervo trasgo dejó caer, apaciguado así la ira del mercader ambrio,
y brindando unas palabras de sensatez al pequeño trasgo, increíble Fenyek a
salvado la situación con su don de palabra y no se ha derramado sangre.
Finalmente
acudimos a “Los Salones de Symbaroum”, es un establecimiento curioso, donde
apagar el hambre de nuestros estómagos y otros más carnales, mientras
disfrutaba de sus placeres culinarios, el resto de mis compañeros decidieron
saciar sus necesidades carnales (sí, hasta el Manto Negro tiene sus
pecadillos...), fue entonces cuando un trasgo se me acerco, se presentó como
Goltas al parecer es familia de Fenyek (si cabe aún más malencarado que su
primo, mí amigo), esperamos que este terminará sus quehaceres sexuales con una
copa de vino. A este trasgo le gusta el alcohol no hay duda. Cuando Fenyek y
Tanis aparecieron los dos trasgos empezaron a hablar en su caótico dialecto de
forma efusiva y vivaracha, fue cuando celebramos esta reunión familiar a base
de ingesta de licores varios, mis sospechas sobre el gusto de Goltas sobre los
líquidos alegres no se hizo esperar, fue el precisamente el que tras un
derramamiento de una pinta inicio una pequeña trifulca, o quizás no tan
pequeña, Tanis desapareció, y los trasgos daban mamporros a diestro y siniestro
hasta que se cruzaron y empezaron a pegarse entre ellos, ¿alguna redecilla
familiar? No lo sé, solo sé que a los dos pobres incautos que se cruzaron en mi
camino se acordarán de que no han de provocar a un auténtico caballero, al
final de la trifulca y cuando me disculpaba por ella con la señora del
establecimiento, Ordelia Retozona, la cual me agradeció que me pusiera del lado
de sus hombres para sofocar el alboroto, Vadakh apareció por la escalera
solventando el ataque de un borracho sin mucho problema, y como es costumbre en
él llegando tarde a una pelea, tiene un don para ello, pero en fin cuando se
pone a ello es efectivo y una gran ayuda para la causa.
Tras
la pelea Fenyek y Goltas estuvieron hablando, no me enteré mucho, pero al
parecer Goltas quería que Fenyek y otros trasgos cometieran una estupidez y
Fenyek lo contrario...
Tras
nuestras andanzas, fiestas y peleas, por el barrio nos retiramos a descansar,
me reuniré con mis cachorros pues mañana, día del Sol, hemos acordado que al
ser el día de Prios que iremos juntos a escuchar el sermón del Alto Padre
Elfeno. Es hora de que los pequeños y Vadakh se empañen de las sagradas
enseñanzas del Dios Sol.
Al
día siguiente y con la fresca nos reunimos, Fenyek no nos acompaña cosa que
agradezco ya que ha pasado algún tiempo, pero mis pequeños siguen mirando de
forma desconfiada al trasgo (su verdadero padre), incluso noto ira en la mirada
de Fenyek II, pero hoy son niños, niños inquietos e ilusionados por descubrir a
que nuevo lugar los llevo.
(Más
tarde Fenyek nos contaría que se reunió con otro primo suyo, Ugtuls y con
Goltas, nos contó que hay una “rebelión” en ciernes y que había intentado
calmar los ánimos).
El astuto Ugtuls |
Cuando
llegamos a la iglesia, como no es una sorpresa mi pequeña y pese a las miradas
de muchos al entrar en el templo, se comporta de una forma encomiable, el chico
es otro cantar, estaba seguro que empezaría a corretear por la estancia en
cualquier momento, este chico está hecho de rabo de lagartija, pero al final y
en contra de todo pronóstico también es comportó, incluso recibieron la
bendición del mismismo Elfeno, sacándole a este una amable sonrisa, está bien,
parece que estoy encauzado a los pequeños en el buen camino. Vadakh por su parte
se muestra un tanto reacio, pero al menos ha hecho el esfuerzo de venir.
Tanis
se reúne col Elfeno, al parecer le está pidiendo su beneplácito para investigar
al Maestre Milagro, cosa que el Padre no se opone, pues Tanis es Manto Negro y
si es su voluntad, su autoridad es más que suficiente para investigar cualquier
posible mala praxis del misterioso comerciante.
Tras
los sacramentos nos dirigimos a una de las más famosas tabernas de Fuerte Espina
una que se halla en la copa de un gran árbol, hablo del famoso “Cucharón Alado”,
es un lugar extraordinario, el sabor del vino me recordó a mis días en Styrkia,
los pequeños estaban fascinados, e invité a la comida al resto de mis
compañeros, en parte para ganarme la simpatía de Tanis, aunque sé que no es un
hombre al que se le gane con el mero hecho de llenarme el estómago, pero
nuestra visita a este lugar fue bastante fructífera, pues averiguamos que el Maestre
Milagro estaría esta noche enfrente de donde nos encontramos vendiendo sus
ungüentos, nos dispusimos a descansar hasta esta noche.
Al
anochecer llegamos al punto de encuentro, efectivamente allí se encontraba
aquel carro con aspecto más de feriante que de otra cosa, hombres y mujeres se
encontraban haciendo cola para satisfacer sus deseos o vicios a la par,
parecían desesperados, y unos cuantos matones, sin duda contratados por
Milagro, les hacían permanecer en la cola.
Al
encontrarnos cara a cara con el comerciante, este no pareció muy intimidado por
el Manto Negro, Tanis insistió en echar un vistazo a sus artículos, pero este
dotado de una gran verborrea esquivo la insistencia del audaz investigador, fue
cuando la conversación parecía subir de tono, cuando la voz femenina de una
desconocida nos interrumpió. Desconocida para todos menos para mí, se trataba
de Giskay, aquella siniestra mujer que conocí en Kurun, Valgio en la Rata Gris
me envió a ella para averiguar dónde se encontraba la reliquia de mi familia,
aquella fue una experiencia siniestra pues aquella mujer no era humana, o, al menos,
ya no, bebía sangre, y en aquella ocasión le compré información por unas
monedas, pero también me pidió un par de cabellos blancos de mi cabeza, en ese
instante creí que era un estilo de fetichismo, pero ahora me preocupa.
Hablamos
con ella en el Cucharón y en un aparte conmigo, me dio uno de sus cabellos, me
dijo que me lo enroscara en el dedo corazón si necesitara hablar con ella, y me
advirtió que no me cruzase o intentara sabotear el gran negocio del Maestre Milagro
de la próxima noche, si no tendría problemas, de los que reclaman la vida del
incauto.
Tras
aquellas palabras intenté disuadir sutilmente a mis compañeros de que no había
nada de qué preocuparse y dejar el asunto, las preguntas de Tanis respecto a
Giskay, fueron resueltas con vagas contestaciones por mi parte, que decidí
ahogar en los caldos del Cucharon Alado, tras cenar nos dirigimos a descansar.
Fenyek seguía con sus asuntos de trasgos...
La
mañana siguiente la ciudad amaneció caótica, muchos de los trasgos se habían
negado a acudir a los trabajos, al parecer estaban en “huelga”. Un tal Idelfons,
se estaba encargando de convencer a sus congéneres de que depusieran su
actitud.
Vadakh,
por su parte, al parecer no estuvo ocioso, pues nos propuso un trabajo de
escolta, un trabajo muy bien pagado para un solo hombre, pero no tanto para un
grupo, el problema era en lo que consistía pues a quien teníamos que proteger
era a un mercader muy adinerado y a su mujer que querían hacerse con el
ungüento que le devolvería la vida a su hijo fallecido por fiebres hacía poco. La
cita era en una plaza lodosa del peor barrio, al este de la Plaza del Sapo. Y el
“suministrador” era ni más ni menos que el Maestre Milagro...
Tanis
investigó sobre la planta principal del ungüento, la planta reviviscente, en la
biblioteca de la Ordo, descubrió que valdría para devolverle la vida a los
animales, incluso a los trasgos y ogros, pero con los humanos no, a los humanos
los levanta en forma de plaga de muertos vivientes, podríamos desatar un horror
como el de la antigua guerra, había que pararlo. Al parecer Fenyek ya tuvo
contacto con esta hierba a instancias de la Huldra en Karvosti...
Por
una parte, Vadakh y yo nos dirigimos al encuentro de los posibles compradores y
entre sollozos de la mujer, pero con gran juicio del hombre los convencimos de
que no era lo apropiado e implicaba un gran riesgo para todo el mundo. Su hijo
estaría mejor a la diestra de Prios, que convertido en un temible dragul...
En
fin, sin trabajo y sin monedas nos dirigimos al punto de encuentro para
eliminar el potencial peligro que representaba la venta de estaba pócima, en un
intento desesperado por evitar un enfrentamiento y he de ser sincero, del miedo
de que Giskay hablara con Tanis y le diera pistas sobre mi supuesta
participación de la muerte de aquel Manto Negro en Kurun. Avise a la criatura
fémina de que no había podido disuadir a mis compañeros de estar en el lugar
pactado para sus negocios.
Al
llegar allí nos encontramos con una emboscada, pues lo que creíamos un
ignorante mercader que no sabía lo que tenía entre las manos, resultó ser un
infame plan para resucitar la plaga de draguls furiosos que antaño asoló a la
humanidad, uno tras otros los matones del Maestre Milagro fueron cayendo, en mi
cabeza resonaban las palabras de Giskay, esa zorra está tratando de manipular
mi mente para que atacase a mis compañero pero no lo consiguió, quizás fue por
eso o no, pero estoy casi seguro de que ese ser corrupto llamó a las ratas,
hordas de ratas que nos pusieron en graves apuros, parece mentira que los
hombres no fueran rivales y esas inmundas criaturas consiguieran abatir a la
cerda de Fenyek y poner en apuros tan graves a Vadakh. La verdad es que no sé
en que punto Tanis decidió perseguir él solo a la mujer de pálida tez, mientras
el resto nos poníamos a salvo de las ratas, muertos ya Maestre Milagro y sus
secuaces.
Al
acabar con las ratas no dábamos con él, una frenética búsqueda dio su resultado,
pues esa bestia consiguió tumbar al Manto Negro, con tal garrazo en su espalda
que apenas le quedaba un hálito de vida. Gracias a las habilidades curanderas
de Fenyek conseguimos salvar la vida a Tanis, no sé si estaba consciente o no,
pero fue en eso momento de desesperación y sentimiento de culpa por haber
avisado a la mujer corrupta de nuestros planes de ir a su encuentro, prometí al
Manto Negro de que acabaríamos con ese ser, al coste que sea, aunque me cueste
pagar por un pecado del cual no era consciente...
...
... ...
EPÍLOGO
I:
Darda enroscó el pergamino y lo metió
en su funda de cuero y bronce. Entregaría el estuche a un mensajero del reino,
debía estar en Fuerte Espina cuanto antes. Pagaría lo que fuera, para que
saliera con urgencia. Todas las intrigas deberían salir a la luz... Quizá
Vadakh, viejo amigo, con su creciente fama le pudiera ayudar...
EPÍLOGO
II:
Giskay sopesó el último cabello casi
blanco que le quedaba de Angar... sus iris amarillos relucían con maldad y una
sonrisa maliciosa afloró a sus labios. “Angar, Angar, Angar... no quieres
tenerme como enemiga”, pensó, su mente daba muchos originales salidas a este
embrollo...
EPÍLOGO
III:
Angar había mandado una semana antes
un mensaje a Hirot, desde allí, instaba a Jarl Broegan a reenviar el mensaje a
una dirección en los Titanes, una pequeña casa en Kasandrien... Allí la recibió
Dakeyras. En la carta Angar avisaba a Dakeyras de su nuevo compañero manto
negro y de cómo este estaba haciendo averiguaciones sobre el manto negro asesinado
en Kurun (obra de ambos), mantendría el secreto de su participación y trataría
de cubrirle. Dakeyras dio de comer y beber al mensajero de Broegan, y escribió
una contestación, debía devolverla a Hirot, y de allí, alguien debía llevarla a
la casa de Angar en Fuerte Espina: “Estimado Angar. Me alegra tener noticias
tuyas y saber que sigues vivo. Agradezco que no le hablases de mi a ese Manto Negro,
no esperaría otra cosa por otro lado. No me gustaría que se rompiera la paz que
tanto me ha costado conseguir. Confío que con tu don de la palabra resuelvas el
asunto y le alejes de tu pista. Si no es así, acaba con él, no sería la primera
vez que asesinas a un tipo y yo no te retiraría la palabra. Saluda a los demás
de mi parte. Tu amigo Dakeyras”.
EPÍLOGO
IV:
Tanis se incorporó en su cama de Casa
Kaletra... algo le daba vueltas en la cabeza... el dolor por el tajo en la
espalda era enorme y se movió lentamente, hasta quedar sentado en la cama...
pensó en el olor del cabello de Angar, era inconfundible, una mezcla de cúrcuma
e hibisco. Ambas plantas se usaban para teñir el pelo... Además, cerca de las
raíces, para un observador atento, y así se consideraba a sí mismo, el caballo
clareaba de color claramente... Curioso...
EPÍLOGO
V:
Fenyek
hizo una copia del mapa en un buen copista, guardó el original con cuidado y se
dirigió a Karabbadokk, allí estaba ya todo dispuesto. Había salvado los
problemas con relativa eficiencia. Solo un día de huelga y un malestar general
de los ambrios... pero Idelfons, había gestionado bien el problema, y no había
habido muertes (idea original de sus primos). A Fenyek se le ocurrió otra cosa,
un plan para alejar a los más beligerantes de Fuerte Espina. Y ya todo estaba
preparado. Con el plano de Boreal (muy al norte de los territorios de los saareos),
más allá de la costa septentrional estaba esa mítica isla, y según el mapa, el
mayor tesoro que se pudiera pensar... Fenyek había convencido al inteligente
Ugtuls y al bravo Goltas y en breve partirían hacia el norte con una expedición
de trasgos (trece en total), a la búsqueda del mayor tesoro, que pondría a los karabbadokkos
en una mejor posición... Ojalá, pensó Fenyek, pues quién sabe como podría
acabar la siguiente revuelta de los trasgos...
...
... ...
Y
nada, así acaba “Trasgos rebeldes y malas hierbas”. Ahora viene una visita a
una ciudad al este de Ambria (lado del mapa que aún no han explorado para nada
durante la campaña).
Como
siempre tras un rolato, estado actual de los PJs de la campaña:
Marcados
saludos.-