Buenas,
Pues
nada, de la campaña que vamos a jugar con Symbaroum Salvaje, vamos a llevar
crónica de todas las partidas y hacer una especie de diario, aquí en el blog,
para recordar cosas o que los jugadores que no han podido venir un día
consulten que pasó en esa sesión.
Así pues,
la primera crónica la ha hecho Fenyek, el explorador trasgo, un granuja
escurridizo, con su relación amor odio con su cerda colmilluda Kverula. Aquí
dejo el “rolato” de la primera sesión de “La Tierra Prometida”:
... ...
...
PRÓLOGO:
ASÍ HABLÓ AROALETA:
«…y rey tras rey marchó
el pueblo hacia la muerte; ola tras ola sobre las onduladas llanuras, hombres y
mujeres sobre cuyos hombros vencidos se construyó un grandioso reino. Así se
forjaron los pilares de Symbaroum: con carne y sangre».
Rápido,
rápido. En breve amanecerá y hay que volver al camino. Tenemos que salir de los
Titanes lo antes posible. Pero los humanos son taaan lentos, que no nos
pondremos en marcha hasta que el sol haya salido del todo.
Mientras
busco a Kverula (odioso cerdo, ¿dónde te metes?) veo a esa jovencita novicia
del culto de Prios. Ahh, es lo único bueno de este viaje. Esos pechos, esas
carnes, ... Por lo demás el viaje está siendo un auténtico asco. Pero bueno,
recapitulemos.
Hace
poco llegué al sur de los Titanes en busca de fortuna y aventura. Tras un viaje
duro y peligroso en el que perdí a mi primo y encontré a Kverula llegué al sur
de la cordillera.
Sin
embargo, el sur está literalmente muerto, y allí no había nada para mí. Pensé
que debía ser fácil enrolarme en alguna de las caravanas de refugiados que se
dirigen hacia Ambria, en el norte.
Allí
me reuní con un grupo de aventureros: uno de esos magos del Ordo llamado
Bartelom, dos bárbaros llamados Magdala (bruja tenía que ser) y Kvarek, y un
ogro llamado Heavy (y yo que pensaba que los humanos son lentos).
Para
nuestra desgracia este año el invierno se ha adelantado y las primeras nevadas
amenazaban con cerrar los pasos de la cordillera semanas antes de lo normal.
Sin caravanas no tendríamos trabajo y nos esperaba un invierno muy duro.
Pero
tuvimos suerte. Un noble llamado Argasto estaba decidido a cruzar la cordillera
antes de que la nieve cerrase el paso. Kvarek, Heavy y yo tuvimos que demostrar
nuestra valía luchando contra tres de los guardias de Argasto. Hay que
reconocer que el bárbaro es un guerrero temible.
Tras
iniciar el viaje (a paso de tortuga por supuesto), empezaron los problemas.
Primero esos dos hermanos Belun y Ludo, no sé qué se traen entre manos o más
bien en la mano de Belun. Pero están ocultando algo, eso seguro.
Después
están Bartelom y sus secretos. Bueno, “secretos”. Al segundo día toda la
caravana sabía que llevaba encima un artefacto muy valioso.
Luego
está esa mujer encapuchada que pasa tanto tiempo con Bartelom. Esa sí que me da
mala espina, Lestra, creo que se llama.
Y
por último nuestro carretero favorito. Joder, nosotros tuvimos que pelear para
ganarnos el puesto, pero ¿qué coño hizo Keller? ¿chuparsela a Argasto?
Ayer
por la mañana, mientras los leeentos humanos recogían el campamento di una
vuelta para verificar que todo estaba en orden. Bueno, vale, estaba buscando a
Kverula. Pero lo importante es que me fijé que faltaba Keller. Tras revisar el
perímetro encontré un rastro de huellas que se alejaba del campamento.
Inmediatamente fui a informar a Argasto y mira por donde, resulta que allí
estaba Bartelom con su amiga. Alguien había birlado a Bartelom su valioso y
“secreto” artefacto.
Aquello
estaba claro, faltaba el objeto y un carretero.
Tras
apretarle las tuercas a Telk, el amigo de Keller, averiguamos que éste había
sido bandido hasta hace no mucho. Joder, bandido, y van y le contratan sin
pruebas ni nada.
Telk
nos orientó hacía el que había sido refugio de Keller durante sus años de
bandidaje. Y allí nos fuimos dispuestos a recuperar el artefacto de Bartelom y
largarnos lo antes posible.
Gracias
a mis habilidades como rastreador pudimos encontrar el maldito molino. Pero
allí empezaron mis desgracias. Primero caí en un cepo para osos. Después ese
traidor de Keller me disparó una flecha. Después de cobrarme mi justa venganza
y recuperar el artefacto de Bartelom, aparecieron los PROBLEMAS.
Un
impío muerto viviente dirigiendo una banda de desharrapados. Y esa criatura
quería el artefacto de Bartelom.
No
tuvimos más remedio que luchar por nuestras vidas. Conseguimos acabar con los
desharrapados, pero esa criatura de ultratumba era demasiado para nosotros.
Creí que moriríamos. Hasta que Bartelom hizo un truco de esos que hacen los
magos y baño en fuego a esa criatura.
Está
claro que Bartelom es un principiante, porque se le fue la mano con el fuego
hasta el punto de que casi ardimos nosotros también.
Finalmente
pudimos volver a la caravana a tiempo de seguir camino con ellos.
Sin
embargo, el horror que vi me acompañará durante mucho tiempo. Eso y la peste
que desprende Bartelom. Está claro, ese truco suyo se le fue de las manos,
parece que el fuego se le quedó dentro, porque, ahora, no para de sudar...
EPÍLOGO:
Tres
días después: El viejo molino en ruinas, ahora quemado y derruido hasta sus
cimientos parecía una herida abierta de la tierra mirando al estrellado cielo
nocturno de otoño. Y entonces la herida comenzó a supurar... lentamente restos
de madera renegridos se agitaron, los cascotes volaron hacía los lados, cuando
con una fuerza preternatural surgió de las ruinas, un solo brazo, un brazo
derecho que, poco a poco, fue quitándose cascotes de encima, hasta extenderse
como un árbol podrido hacía la luna de otoño. Mal-Rogan seguía vivo, o más bien
no muerto. No era tan fácil acabar con el antiguo pansar, con el héroe de
guerra Rogan Gorinder, ahora un ser de oscuridad, una abominación... y sabía lo
que quería...
... ...
...
Y hasta
aquí el rolato, ahora adjunto los personajes jugadores de Symbaroum Salvaje en
su actual estado:
Y bueno,
por ahora eso es todo.
Marcados
saludos.-