Buenas,
Vamos a ver si retomamos el hábito de subir los “rolatos” de Symbaroum Salvaje. A continuación, el de una aventura de tres sesiones por Roll20.
Íbamos a empezar ya la campaña “El Trono de Espinas”, pero dos jugadores no podían jugar esa sesión, así que decidí no empezarla y hacer un one shot, cortito, esperando a que fueran más jugadores para empezar la campaña. Busqué entre los Shadowshots de Shadowlands y, simplemente por el nombre (de Espinas va la cosa...), elegí esta, la mezclé con la ambientación de Symbaroum, con el trasfondo de los PJs que jugaban y con ciertas tramas abiertas que habían quedado de La Tumba de los Sueños Moribundos.
El rolato lo hace Antonio, desde el punto de vista de su nuevo trocalengo, Hoptar.
Solo queda decir que si sabes que vas a jugar este Shadowshot no leas el rolato, porque te hará algún spoiler, pese a que cambié bastantes cosas, la premisa es muy parecida.
... ... ...PRÓLOGO:
Cómo me duele el olvido
Cómo duele el corazón
Cómo me duele estar vivo
Sin tenerte a un lado, amor
Corazón espinado
Corazón espinado
Vieja canción de amor procedente de Alberethor.-
... ... ...
Es curioso que lo que voy a relatar, termina igual que empieza, con una bella mujer tumbada en mi lecho...
... ... ...
Darda, agotada de un largo viaje y completamente exhausta, descansa en mi cama. Solo la vi una vez, pero algo he escuchado de ella, aunque no de la boca del Manto Negro, que de temas personales no suelta prenda. Solo pronuncio su nombre, —“Tanis”— antes de desfallecer, pudo tomar algo de comida y un poco de agua, y cayó dormida. Solo las botas la quite para que descansase y me dirigí al monasterio que los Mantos Negros tienen en la ciudad a buscarle.
Tras tenerme fuera, lloviendo como llovía, está claro que esta religión ambria no es tan hospitalaria y gentil como profesa, por fin aparece Tanis, que con solo escuchar las primeras cinco palabras de mi historia —“Darda reposa en casa exhausta…”— ya estaba saliendo por la puerta corriendo, sin esperar que le preparasen el caballo…
Tras descansar nos cuenta su inquietante historia, viajaba de vuelta a Fuerte Espina tras el último y difícil viaje de Vadakh, esparcir sus cenizas donde la luna se reflejaba en aquellas lagunas… Tras dos semanas de viaje, y a pocos días de llegar, una negra sombra se extendía en el poblado de Groundstone, algo que iba consumiendo la vida a su paso, debía llegar rápido y avisar, quizá alguien sepa que es, o pueda ayudar a pararlo, esa sombra podría llegar a Fuertespina. Miró con cariño a Tanis, se veía amor, pero también una leve duda, tenía que sacar esa idea de su mente, no podía compararle con Vadakh, no era justo para Tanis… la vida sigue.
Groundstone está a pocas horas de Greenoak, el poblado donde nací y aún sigue parte de mi familia, unos más amados que otros. Mi padre nunca llevo bien mi adolescencia, quizá más por las habladurías que porque realmente no me quisiese, pero parece que mi marcha le trajo la tranquilidad. Pero mi madre si lloró mi partida, y hace más de un año que no los veo. Prepararemos el viaje a ver si llegamos a tiempo, que estén bien. Davokar y sus secretos…
Fenyek y Yagaba no están, un trabajo en Karabbadokko y una caza del gremio les tienen alejados de Fuerte Espina. Una pena pues nos vendría bien las habilidades del trasgo para movernos por el bosque, pero el camino es fácil, lo más rápido es ir directo al norte, pero atravesar el bosque sin guía puede ser muy peligroso, tomaremos mejor el camino para cruzar el Eanor por el Vado Gris, en vez de por los Rápidos Calavera, y ahí rumbo noreste para llegar en menos de una semana.
Mientras preparo vituallas y pregunto por los bajos fondos si alguien ha escuchado algo, Tanis vuelve de la Ordo donde ha ido a investigar en sus libros, y nos cuenta algo que ha encontrado sobre esa oscuridad que ha comentado Darda. Tiene que ver con tres expediciones de la Ordo a la Tumba de los Sueños Moribundos y con dos grandes monstruos más, Fangafa la Reina Espina y Xanatha la Araña Blanca. Lo más curioso es que Fenyek aparece en las notas de la Ordo como implicado en todo ese follón. Por una vez… extraño a ese granuja.
Atravesarlo parece imposible, tocara escalar, pero antes mejor echemos un vistazo. Trepo por un árbol cercano para poder ver por encima del muro. Este se extiende a lo lejos para ambos lados, y dentro esta la oscuridad, no tan antinatural como indicaba Darda, si no la propia del bosque en las partes más interiores, los árboles y la maleza ha crecido de forma abrumadora casi no dejando pasar la luz, y todo parece tener grandes espinas.
Tanis me hace unas señas, que no creo que entendiese ni el, pero se separan del muro ocultándose, algo habrán visto, por lo que bajo e intento seguirles, unos pocos metros a un claro, y al llanto de un bebe que de aquí sale. Pero parece más una trampa de la naturaleza, unas libélulas gigantes parecen usar ese sonido como cebo para atrapar confiados viajeros. Estas los han visto, salgo de la maleza con mi arco para atravesar a una, y del otro lado del claro aparece Yagaba cargando, no había mejor momento de aparecer, se lanza por la que parecía más grande, se nos echan encima, Tanis con su magia consigue retener la que a por ellos va, yo tengo que sacar la espada para defenderme, Yagaba sigue dejando muertos a su paso, y otra figura aparece lanzando unos cuchillos sin mucha suerte. Conseguimos acabar con ellas mientras Tanis aprovecha para poner la espada en el cuello del nuevo, no sabemos quién es, aunque ha luchado de nuestro lado, no con demasiada fortuna, Darda le venda una fea herida, al menos puede moverse.
Fácilmente trepo y desde arriba echo una cuerda para ayudar a subir al resto, le pido a Tanis su tienda de campaña para echarla por el muro para que nadie se hiera al trepar, las púas tienen unas puntas negras que no parecen nada apetecibles, pero se niega... —“No que se rompe”—… la cara de la pobre Darda era un poema jaja. Costó, pero consiguió subir, bastantes arañazos, pero por suerte nada más. Aquí el bosque era muy cerrado, tanto o más que en la zona profunda del bosque, pero todo lleno de estas espinas, que donde cortabas las ramas para pasar rápidamente volvía a crecer amenazantes, incluso parecía que querían atraparnos…
Nada más bajar del muro encontramos una zona cenagosa, y confieso, que, pese a crecer cerca de allí fui el único en caer en lodo movedizo, Yagaba y Tanis me sacaron no sin dificultades.
Llegamos a lo que era el poblado, pero igualmente todo engullido por la hiedra espinosa. De una casa a las afueras conseguimos rescatar al anciano Selkaa, un bárbaro de mí poblado que estaba comerciando en Groundstone, consiguió esconderse en una casa y permaneció oculto, nos cuenta que la oscuridad estaba consumiendo el poblado y como medida desesperada y con la ayuda de una bruja invocaron algo, la oscuridad se fue, pero las espinas llegaron, a quienes atrapo las dejo congeladas en hiedra y esos muros gigantes crecieron. Nos dividimos en dos grupos, unos a investigar en las ruinas del templo symbárico que es donde se hizo el ritual y otros a la posada a ver si queda algún superviviente.
La puerta, como todas las ventanas inferiores, están completamente tapadas, trepo por la pared para acceder por las ventanas superiores e introducirme dentro. Mucho silencio, doy una voz y parece que algo se arrastra hacia la sala en que estoy, saco la espada, pero la cara que asoma por la puerta me es familiar, un amigo de la infancia, ¿qué haces aquí Gotam? Le doy algo de comer y beber para que recupere fuerzas. Nadie más con vida en la posada, algunos cuerpos consumidos por la hiedra… unos golpes de espada y consigo liberar la puerta de salida, y rápido cruzamos antes de que la vegetación la vuelva a cerrar.
Y ahora sí, nos puede contar que ha pasado. Que casi preferiría no haberlo sabido. La Oscuridad que se Arrastra estaba engullendo el poblado y parece que entre mi tío Hosdal y una bruja que estaba por aquí, convencieron a los ancianos del pueblo para invocar a Fangafa para que expulse la Oscuridad. Apareció por una grieta al Inframundo en las ruinas. Expulso a la Oscuridad, pero reclamo para si esta zona. No sabían lo que hacían y para expulsar un mal trajeron un mal mayor, y mucha gente ha perdido la vida, la mayoría del pueblo.
El ritual de invocación se produjo en el antiguo templo, nos juntamos y contamos lo sucedido, lo que nos encontremos dentro puede ser muy duro, pero es necesario acabar con ello para poder limpiar la maldición que aquí se ha asentado.
Por supuesto toca volver a escalar para poder acceder al templo, toda la parte inferior está recubierta de espinas, y con más o menos sufrimiento subimos todos menos el viejo Selkaa que no está para estos trotes y Gotam que tras estar una semana casi sin comer tampoco.
Un gran patio con una fuente de agua negra en medio, quizá un día fue bello, pero ahora tenemos que valernos de antorchas para poder ver algo, y unas grandes puertas al fondo que llevaran a la sala principal, donde nos dijeron que se realizó la invocación. Dos figuras como dos arbustos vivientes gigantes dejan su inmovilidad y nos acechan. Luchar o correr adentro y cerrar las puertas, fue fácil, Yagaba, el ladrón honesto y yo conseguimos llegar, Darda es la que más lejos está, no la va a dar tiempo a llegar, y Tanis… quedarse fuera a defender a la amada o seguir adentro… consiguió atravesar las puertas sin mirar atrás y ver la cara de pánico de Darda ni cuál será su futuro. Ésta ve alejarse a Tanis que la abandona con los arbustos animados, un pensamiento vuelve a su mente, cuando aquella lindorma estuvo a punto de matarla, si no fuese por Vadakh que se interpuso para protegerla… nunca será igual…
La vegetación vuelve a la normalidad, y las espinas van desapareciendo, salimos del templo y vemos que algunos supervivientes salen del refugio de sus hogares, apenas unas decenas de personas de las más de cien que aquí vivían. Por suerte Darda también sobrevivió.
Las pocas horas de sol que quedan las pasamos ayudando a los supervivientes, y juntando los cuerpos que encontramos para hacer una gran pira. El Mantonegro dice unas últimas palabras —“Que Prios os ilumine para que encontréis el camino a la vida eterna junto a él”—, y en tristeza y soledad se consumen. Hacemos noche en la posada, y a la mañana siguiente iremos al poblado donde nací, donde creo que la oscuridad no había llegado y las espinas tampoco, pero necesito cerciorarme.
Y que había dentro del zurrón… pues una caja de madera que tiene escrito Skutal, y dentro un hurón que rápido se mete dentro de las ropas del mantonegro buscando refugio y calor. Por ahora no se lo damos al ladrón, esto es raro y debemos intentar saber algo antes. Subimos Tanis, Darda y yo a su habitación. Sé que ella puede comunicarse con los animales, y quizá pueda ver algo. Muy cansada y tras varios minutos sale del trance, ha podido comunicarse con el hurón, que dice que es mascota de la Huldra de Karbosti. Esto cambia todo, no le podemos entregar este animal a un ladrón para que lo vendan o lo que vayan a hacer por ahí, debemos devolverlo a su dueña. Al ladrón no le gustará, pero es lo que hay, es lo justo y mejor llevarnos bien con la Huldra. A la mañana siguiente se lo diremos.
Amanece y la luz vuelve a regar Groundstone, con los caballos de la mano nos dirigimos a Greenoak, a unas cinco horas de viaje. Pero al poco de salir del poblado tres figuras se interponen en nuestro camino, dos guerreros bastante grandes una joven bruja. Se presenta como Ishara, nos mira y mientras señala a Tanis dice “él lo tiene”, y los dos guerreros vienen hacia nosotros. Estos no son guerreros normales, son parte de la Guardia de la Furia Dormida, donde van los nueve mejores guerreros de cada clan. Mejor no tener líos y bueno, era lo que habíamos decidido hacer, por lo que Tanis saca de dentro de sus ropas el hurón y se lo ofrece. Lo toman y parece que se van a marchar, pero parece que hay algo que ha olido la bruja, se nos acerca a olfatearnos, va pasando uno a uno hasta que llega a Gotam… —“Él tiene la corrupción, participó en la invocación, tiene que morir”—, le miro… lo tiene jodido pues además tiene razón. Es mi amigo y tengo que defenderlo, intento convencerla de que serán los ancianos del pueblo los que le juzguen, son los agraviados, y es lo justo, no puede quitarles ese derecho, doy mi palabra que así se hará. No muy convencida accede, se da la vuelta y dice “vámonos”, pero uno de los soldados no está conforme con el trato, echa mano a la lanza se prepara para lanzarla hacia Gotam mientras este corre presa del pánico, pero justo consigo ponerme en medio y parar su brazo evitando que la arroje, —“Respeta la palabra de Ishara”— mientras le miro a los ojos desafiante, este se da la vuelta y marcha junto a su compañero, mientras la bruja me dedica una última mirada.
La oscuridad si llego al poblado de mis padres, algunas vidas se perdieron, pero ningún familiar. Las noticias del poblado vecino son muy tristes, y el que dos miembros de aquí sean culpables de lo que allí ha pasado es duro para ellos. La siguiente semana la dedicamos a ayudar a la rehabilitación del pueblo, mientras que dejamos en mano de los ancianos de ambos pueblos la decisión que deben tomar respecto a Gotam.
A la luna llena, junto a las ruinas del templo, los ancianos llaman para dictar su decisión… —“Muchas vidas se han perdido, y una más se debería de llevar, pues gran parte de culpa tienes. Pero no queremos traer más muerte, y sentimos el arrepentimiento en tu corazón. Nuestra decisión es que, a partir de ahora, tu única vida será ayudar en este poblado, sin sueldo ni otro trabajo, viviendo de la gratitud que puedas conseguir en este poblado arrasado. Solo recuperaras tu vida cuando otra vida dependa de ti, cuando del amor nazca un hijo tuyo… dejaremos que continúes tu vida”—.
—“Acepto con mi vida vuestra decisión, y agradezco esta oportunidad para ayudar a quienes tanto he dañado”—.
Mientras descansaba apartado del poblado, tranquilamente reposando en los árboles, una femenina voz me susurra al oído —“Sabía que podía confiar en ti”— y seguidamente un beso cayo cualquier respuesta. —“Solo quería ver que decidían y acabar algo que quiero hacer desde que pusiste en su sitio al estúpido de Belegor”—. Tras unas horas de pasión Ishara tiene que marcharse, otros deberes la reclaman, una pena que no pueda quedarse.
—“Por cierto… he visto a vuestra amiga de ojos verdes abandonar el poblado a escondidas. Para que no perdáis el tiempo buscándola. Nos volveremos a ver, sé que no me olvidaras”—.
... ... ...
EPÍLOGO:
Nunca tuve nada, nunca tuve nada y cuando tuve algo
Me miran por encima del hombro como si fuera una extraña
Nunca tuve nada, nunca tuve nada y todo lo tenía
Cuando se abrieron mis mil ojos decían que no veían
Y espinas que tengo y espinas clavadas
Espinas que solo me hacen llorar
Espinas que llevo tan dentro de mi
Espinas que solo me hacen sufrir, espinas
Canción de Tizonero sobre Fangafa, La Reina Espina.-
... ... ...
Y, nada, como es la costumbre, actualizo por aquí el estado de los personajes de la campaña, al borde algunos ya, del Rango Legendario:
Marcados saludos.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario