Saludos,
Resumen rolatado de la última misión jugada a Walküre, dirigió Mario una aventura propia: Little Geisha. Está narrada desde el punto de vista de nuestro hacker enano: Sigmund Von Isenhart.
... ... ...
Dudo por un momento en apretar
el resaltado botón: ENVIAR... He escrito todo el informe de lo acontecido en la
noche/amanecer que pasamos en Londres con todo lujo de detalles y grabaciones
de mis lentillas-cámara, pero he obviado bastante cantidad de información que
me guardo para mí y para mis compañeros más cercanos... Los mensajes de Little
Geisha, los de Zorro Rojo y la demoledora certeza de lo qué vi en lo profundo
de la cybermalla del banco Helvético antes de tenerme que desconectar por el
ataque del Hielo Negro... me he saltado mucha información, deliberadamente o he
puesto que en la cybermalla el nombre del transaccionista que pude ver durante
decimas de segundo fue “Mr. X”...
Dudo si darle al botón. A fin
de cuentas estoy aquí por Kathë Kollwitz y la amistad que la une a mi padre,
pero cada vez encontramos más indicios de qué algo huele a podrido en Oberón...
Con una resignada sonrisa
presiono mentalmente el botón ENVIAR y desenchufo mi conector neuronal del
ordenador, el informe (cortado y maquillado) es enviado a Joubert, con los tres
agujeros: mensajes de Little Geisha y Zorro Rojo y ese pantallazo que se ha
quedado grabado en mi mente dentro de la cybermalla del Helvetique Bancaire
Royale.
...
Más tarde en el ático que
comparto con mi hermano, entre cerveza y cerveza le comienzo a contar la última
misión:
De madrugada, casi recién
dormido me despertó el siguiente mensaje en mi persolink: {Una piedra ha roto
el cristal de mi ventana. Algunos cristales han hecho caer gotas de sangre. Mi
corazón aún late mas no sé por cuánto tiempo. L177L3 G315HA}.”
Será un virus, pensé,
formatearé el personlink por la maña... ¡Mmm! Sonó el teléfono, tenía que
acudir inmediatamente a las oficinas. ¿Casualidad? No lo creo.
Cogí un taxi y me extrañe al
ver la torre de Oberón completamente apagada, no estaba acostumbrado... En el
vestíbulo me encontré con Ian, Turner y el ruso nuevo, Dragunov. Las caras de
sorpresa mutaban a intervalos a caras de sueño, incluso resignación.
En la sala de reuniones
principal nos recibió Joubert y un tipo, japonés, vestido de kimono y katána a
la cadera... se presento y tal, pero no recuerdo su nombre, y paso de buscarlo
por motivos que más adelante entenderéis, baste decir que al parecer era un
nuevo agente que nos iba a acompañar... Aún así no me pasó desapercibido que
tras recibir un mensaje firmado por, lo que parecía, Little Geisha un japo
clasicote clasicote se uniera al grupo (por no hablar de su pésimo acento según
comento Turner, que habla japonés), en todo caso en ese respecto todo fue una
pérdida de tiempo y procesos neuronales ¡Jodido loco!
Una vez sentados Joubert empezó
a explicar apoyado por imágenes de un holoproyector. Al parecer tres agentes
Oberón encubiertos en Londres (cuyos nombres son Viking-3, Vulcano y Little
Geisha -¿Casualidad? ¡No lo creo!-) habían dejado de responder a las llamadas y
sus medidores biológicos remotos respondían en plano. La última transmisión la
había realizado Vulcano y los archivos estaban corruptos, sin posibilidad de
recuperación. Nosotros deberíamos acudir inmediatamente a Londres y recabar
información sobre los responsables y sobre el material en manos de nuestros
agentes. Ya había un pequeño grupo de inteligencia en Londres al mando de la
Field-Captain Shelly Knightsbridge que debería darnos soporte.
Partimos de inmediato con
ficheros de los tres agentes en los que apenas ponía nombre, nombre en clave y
fotografía (y de Little Geisha ni eso) y una unidad óptica cifrada en la que
teníamos las coordenadas de los tres pisos. También cogimos algo de equipo,
pero rápido, había prisa que te cagas...
En apenas una hora estábamos
descendiendo en nuestro jet privado en el aeródromo Hastings al norte de
Londres. En el aeródromo, vacio a esas horas, había dos berlinas en las que nos
dividimos. Tras meter las coordenadas en el navegador de una de ellas pusimos
rumbo al primer piso franco a 57 minutos según navegador, el del tal Viking-3.
Era un barrio tranquilo de
clase obrera. Número 252 de Cross Arbor Walkway. Un edificio de viejos
ladrillos rojos oscurecidos por la humedad constante. Había una luz en el
tercer piso encendida. Una leve sombra interrumpió por un instante la claridad
que se proyecta por la ventana.
Yo me quedé en el coche
intentando acceder a la emisora de emergencias de Londres desde mi portátil,
mientras Turner vigilaba desde un portal de enfrente. Ian subió por la escalera
de incendios, mientras el japo y el ruso subieron por las escaleras. Al parecer
dentro del piso había voces, como una discusión en un idioma que no entendían
(a Ian le sonaba). Así que, puerta rota y a dentro, con todo, estilo
ruso-irlandés. Bien, pues las voces eran un jodido programa de debate de la tv
sueca...
Los chicos vieron el cadáver de
Viking-3, al parecer con un tremendo agujero en la cabeza... estando todo
seguro, subí para recabar pistas, mientras Turner seguía abajo vigilando.
Peinamos la casa deprisa, pues
de pronto comenzaron a sonar sirenas a lo lejos, yo en concreto, apenas vi un
vestido y señales de que había habido una mujer en el piso... el japo si que
lleno una mochila de cosas chulas al parecer, pero teníamos que salir
pitando... más cuando Dragunov vio una bomba en la papelera de la cocina
americana... el loco se quedo a intentar desconectarla. El japo corrió, yo
corrí, el irlandés saltó y el ruso también ¡por los aires! Por suerte, al
parecer se puso a cubierto justo un par de segundos antes de que estallara. De
todas maneras el hijo de puta se cura rápido, otra persona hubiera tenido
cicatrices de quemaduras de primer grado hasta poder haber ahorrado para
cirugía.
Turner, el japo y yo salimos
volando en una de las berlinas. Ian esperó a Dragunov y nos siguieron minutos
después.
Tardamos 25 minutos en llegar
al piso franco de Vulcano. Una alta torre de apartamentos de estudiantes de más
de 30 plantas, situado justo detrás de la London Metropolitan University y a
apenas unas manzanas del la City Londinense.
Dos guardias de la seguridad
privada vigilaban el edificio. Y aquí es donde la misión se torció. Ian trató
de hacerse pasar por un estudiante que llegaba de farra borracho, yo traté de
echarle un cable, en cualquier caso... Dragunov de repente disparo a uno, le
mató y luego al otro... Turner y Ian subieron corriendo a examinar el
apartamento, mientras el japo, Dragunov y yo nos quedábamos en la recepción
mientras yo trataba de borrar las cámaras de seguridad (a día de hoy, aún no
estoy seguro, pero creo que freí todos los circuitos de grabación y los
archivos grabados con un pulso de cortocircuito). Los chicos que subieron no
fueron muy lejos ya que, al parecer el piso de Vulcano también explotó, vieron
poco más que al agente también con un extraño agujero en la cabeza. La policía
acudía a todo meter, así que los tres de recepción escapamos por el garaje
robando un coche... Ian y Turner se las apañaron para salir de distintas
formas, el caso es que quedamos en un garito irlandés que conocía Ian.
Yo me tomé media pinta mientras
jugueteaba con la fauna local, cuando me llegó otro mensaje de Little Geisha,
como apremiándome, así que hicimos caso a Turner que no hacía más que insistir
en ir al apartamento de Little Geisha. Todos menos el irlandés que se quedo
saludando íntimamente a la muchacha que poco antes había insistido en hacerse
un selfie conmigo.
El piso de Little Geisha estaba
en pleno centro de Londres, edificio The Shard. Número 1 de Tower Bridge Road.
Un edificio ultramoderno con paredes de cristal y forma en punta de lanza... no
pudimos aparcar el coche robado, así que lo dejamos en doble fila y desde la
cera asistimos al espectáculo... casi 300 metros por encima de nuestra cabeza
el apartamento de Little Geisha volaba por los aires ¡Tarde otra vez!
Turner cogió el teléfono,
parece ser que la Field-Captain Shelly Knightsbridge contactaba con nosotros...
¡Por fin! La tía, al parecer era más seca que el coño de Kollwitz, pero bueno,
así se llevaría bien con Turner. El caso es que algo cabreada nos dio una
dirección para recogernos y llevarnos a un piso franco.
Cerca de Hide Park las primeras
luces del alba iluminaron las siluetas de grandes edificios de cristal y acero
del skyline londinense en el horizonte, por encima de los centenarios robles.
Los autobuses eléctricos de dos plantas con su característica forma comenzaron
a circular entre una maraña de vehículos particulares, generalmente, en modo de
conducción automática mientras su único, en la mayoría de los casos, ocupante
se dedicaba a desayunar, leer las últimas noticias en la pantalla táctil
conectada a Internet o simplemente a dormitar unos cuantos minutos más. Mi
persolink recibió de nuevo un mensaje cifrado y certificado por el mismo remitente
que hacía apenas unas horas. Little Geisha continuaba viva parecía: {La mano
amiga esconde el filo que cortará tu voz. Desconfía de bellas palabras y
sonrisas. Camina solo hacia la luz. Despacio mi corazón late. L177L3
G315HA}... Cojonudo, otro haiku o como coño se llame... el caso es que se lo
leí a todos, nos tomaríamos las ayudas con cierta cautela...
Ahí esperábamos intranquilos...
Turner y Dragunov mirando para todos los lados paranoicos, yo ensimismado en mi
ordenador buscando alguna pista que se nos pasará por alto, así que no sé bien
porque Ian, que acaba de llegar se lió verbalmente con el japo... segundos
después desenfundo y disparo dos veces al oriental, este por suerte tropezó y
se quito de la estela de la bala, pero se gano un corte en la sien de uno de
los disparos... Separamos a ambos, con el miedo reflejado en el pálido rostro
del japo. Turner volvió a decir: -“Este no es japonés...”-
Unos momentos después dos
furgonetas pararon enfrente de nosotros y agentes nos conminaron a subir. Yo
subí con Ian a uno, y el resto a la otra. Ian les pidió algún tipo de
identificación y se enzarzo, otra vez, con uno de ellos. Yo abrí el portátil y
trate de tomar una foto de algunos de los agentes, me dijeron que lo dejara,
pero seguí haciéndolo con mis conectores interface... mandé un mail a Joubert
para que me corroborará que eran agentes de Oberón... Y pasaron unos minutos en
los que nos habíamos dirigido a las afueras de Londres. Al parecer nos llevaban
con la Field-Captain... o eso decían los mendas...
Sonó un tiro, en la otra
furgoneta, al parecer, se habían liado a tiros, Ian desenfundo, yo le apoyé
tirándome al suelo y rodando hacía un lateral. En cosa de medio minuto se había
ventilado a los seis agentes de nuestra furgoneta. Afuera el resto del grupo no
parecía tenerlo tan fácil. Habían matado a un par de agentes pero sí Ian (y yo
cubriéndole las espaldas) no hubiéramos salido, se los habrían cargado. De
hecho todos acabaron heridos, Dragunov y el japo de mucha mucha gravedad.
Turner cogió el teléfono y
llamo a un matasanos de pacotillas que le debía un favor, iba a volar a nuestra
localización a tratar a los heridos. Mientras yo registré al japo y le encontré
un Nanomédico de combate, guay se lo enchufé en el brazo. Le quitamos una
especie de máscara con pote untado... Ian arrojo sus kátana al Támesis y de
repente todo encajo... el japo era Brian disfrazado ¡Yo flipo! La broma o la
locura casi le cuesta la vida... y me partí el culo imaginando la cara de
Joubert cuando le llamará de madrugada y apareciera disfrazado... en fin.
Mientras venía el médico Ian
interrogó a uno de los pocos supervivientes (el resto junto a una de las furgos
al fondo del Támesis). Era obvio que no eran de Oberón así que la Field-Captain
apestaba desde aquí... el tío era duro y con entrenamiento militar, además
parecía que su voluntad estaba híper sugestionada por algún tipo de droga...
pero terminó cantando: En realidad eran mercenarios contratados por, al menos,
tres representantes diferentes, para secuestrar a tres una agente Oberón y
extraer los implante cerebrales de tres más (¡Joder, de ahí los agujeros en la
cabeza!). También nos contó que habían recibido la mitad del dinero por
adelantado desde el Helvetique Bancaire Royale y destino Islas Caiman, pero
todo muy encubierto... Así que me puse a ello, mientras creo, le daban matarile
y para el río...
Conseguí infiltrarme en la
malla del HBR y obtener la clave alfanumérica de la transacción... Joder, lo
rastree y obtuve un nombre Ichiyo Higuchi, miembro del Consejo Administrativo
de Oberón, ¡Flipa! Me desconecte rápido de cojones pues tenía un Hielo Negro
justo encima de mí, creo que también borré bastante bien mis pisadas en la
Malla...
Mientras el
matasanos había estabilizado al ruso y al escocés. Se fue con viento fresco,
obviamente éramos una patata caliente. Así que nos montamos en la furgoneta
para mantenernos en movimiento... Debíamos pasar por los coches que estaban
aparcados frente a la torre de apartamentos de Vulcano a recuperar las pistas,
pero claro, ahora la zona estaba acordonada.
En el trayecto yo
recibí un mensaje en el ordenador... por lo que ponía era Zorro Rojo, ese
jodido loco francés que ha “exportado” su mente y personalidad a la Malla. Al
parecer me daba unas cripticas pistas para ayudar a Little Geisha (para mí que
están enamorados)... Pero le pregunté a las claras donde estaba y no lo sabía.
Mientras Turner
recibió una llamada de la Field-Captain, y claro, todo encajó, la Field-Captain
no era la Field-Captain sino la mercenaria jefe detrás de los atentados. Una
tal Mamba Roja... Al parecer tenía a Shelley Knightsbridge la verdadera
Field-Captain. Quería intercambiárnosla por Little Geisha y todas las pruebas
encontradas en los pisos francos.
La cita era a las
siete de la mañana en el último puente del Támesis, situado antes de abandonar
el núcleo central de la ciudad. Acudimos, yo me quedé en la furgoneta, con el
cuerpo inconsciente de Brian aún disfrazado de japo. Turner, Ian y Dragunov
(que se había regenerado en minutos) acudieron al puente... los mercenarios
exigieron ver a Little Geisha, así que Turner volvió a la furgoneta para coger
al inconsciente escocés, quizá diera el pego y nos hiciera ganar tiempo... Pero
en el último momento, en un arranque de conciencia, le dejo tumbado tras un
coche. En cualquier caso los mercenarios estaban impacientes, se escucho un
disparo, al parecer tardábamos demasiado y se cargaron a la Field-Captain. Así
que se armo el Belén. Ian cruzó el puente de un salto disparando muerte y
mutilación, el rusky se tiró al suelo y comenzó a disparar ráfagas con su
subfusil, mientras Turner se cubría. Tras un periodo corto el tiroteo había
finalizado, Dragunov estaba magullado pero empezaba a curarse solo. Yo mientras
triangule la llamada y seguimos en la furgoneta la señal del móvil de Mamba
Roja... en un callejón a escasas manzanas hayamos el cuerpo de Shelley
Knightsbridge y el móvil de Mamba...
Informamos a
Joubert que nos instó a coger el avión y volver a Zúrich, pero antes pasamos
por las berlinas a recoger las pruebas. Entre estas, me quedé con tres chips,
memorias húmedas... estoy deseando usarlas.
Mientras
regresábamos aquí, Joubert nos contó que el mismísimo Dudly Clarke se pondría
al frente del Departamento de Operaciones y resolvería el tema de los agentes
falsos en Londres.
En el vuelo volví a recibir un
mensaje de Little Geisha: Estoy asustada. No puedo dejar de correr. Mi amigo
Vulps me ayudará a volver al hogar de mis ancestros para entender mi origen.
Gracias. L177L3 G315HA.
¿Japón?
Bueno, hermanito, te dejo de
dar la chapa, eso es básicamente todo lo qué pasó...
Marcados saludos.-
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