Aventuras en la Marca del Este, un retroclón español de la caja básica de D&D.

El Clan del Lobo Gris, aventureros proscritos, los últimos de su clan.

Estas son las crónicas de nuestras aventuras, con este magnífico sistema.

lunes, 22 de junio de 2020

Trasgos rebeldes y malas hierbas





Buenas,

Pues nada seguimos con otro rolato de Symbaroum Salvaje. Esta aventura era para desarrollar más un par de tramas personales y “actualizar” el tema de los trasgos rebeldes de los karabbadokkos (que desarrollamos un poquito cuando llegaron a Fuerte Espina por primera vez, pero habíamos dejado en el olvido totalmente). También apareció por ahí el Maestre Milagro, una vieja “aliada” de Angar, el Padre Elfeno y se siguió desarrollando la curiosa relación de Angar/Tanis y la tensión con la búsqueda del asesino del Manto Negro de Kurun, Nicomo Lanseli...

Esta vez el rolato lo hace Óscar desde el punto de vista de Angar.

... ... ...

PRÓLOGO

ASÍ HABLÓ AROALETA:
«…y la sangre antigua corría por sus venas, fuerte y ancestral,
mas de la sombra de Davokar, no les permite alejar.
Arcano humor que corres por sus venas,
¿acaso hacen falta ungüentos y hierbas?».

... ... ...

Tras los últimos acontecimientos, es un tiempo de paz y tranquilidad en Fuerte Espina, pero mi alma no está tranquila, ¿cómo estará mi pobre Ysolda? No sé nada de ella y eso turba mis pensamientos. También está el asunto de nuestro nuevo miembro, nada más que un Manto Negro, este hombre sospecha de mí, los antiguos fantasmas me acechan, ¿será verdad que aquel monstruo que se hacía pasar por un Manto Negro y siervo del gran Prios, al cual segué la vida, sería en realidad un inocente?, no, no puede ser, pero la duda me corroe, Lanseli era un monstruo, comía carne humana... O eso nos dijo Balliostro...

No puedo confesar, pues de que le serviría a Ysolda que me ajusticiaran sin poder salvarla de las garras de mi padre...

Estando en “El Jardín de las Rosas”, disfrutando de las monedas de nuestro último trabajo y la compañía de mis camaradas, un emisario de la iglesia nos hace llamar, buscan a nuestro nuevo miembro el Manto Negro, e insisten en que le acompañemos nosotros también, ¿de qué se tratará?, ¿habrán descubierto algo que me relacione con el asesinato?, lo más cauto será mantener la templanza y si al final he de huir, intentaré no segar ninguna vida inocente.

Al llegar al templo nos reunimos con el Padre Elferno ha sido él, el que nos ha hecho llamar, en particular al Manto Negro Tanis. A instancias de una anterior conversación con él, nos ofrece una casa en Fuerte espina y el anillo de plata que nos identifica como ciudadanos de la ciudad de pleno derecho, no es un obsequio, como todo en la vida tiene su contrapartida pues ahora estamos al servicio de la iglesia cuando esta nos reclame, eludo el regalo, así dejo claro que si participo en tales obras no es por agradecimiento o pago de tal, sino por mi devoción a Prios, y quizás solo quizás pueda enmendar un posible error de mi pasado.

Vadakh no parece muy entusiasmado con la idea de una posible conversión a la única religión verdadera y se aferra a las costumbres bárbaras que le trasmitió su madre, pero acepta de buen grado los dos “regalos” de la iglesia, Fenyek es un oportunista y como tal no me extraña que aproveche la situación para prosperar, el único que veo sinceramente comprometido es Tanis, en verdad tengo más en común con el de lo que me gustaría reconocer y si las circunstancias fueran otras seguramente congeniaríamos.

Acompaño a los demás a explorar su nueva adquisición y por qué no, descubrir zonas de la ciudad que si en algún momento hemos estado de pasada no hemos hecho por conocer, nos hemos acostumbrado a “El Jardín de las Rosas” y “El Reposo de la Costurera” y que sea allí donde encontrar trabajo, pero en este tiempo y con la cercanía del invierno el trabajo y las monedas empiezan a escasear, tengo que pensar en el bienestar de mis cachorros de trasgo que pese a no ser hijos de sangre, mi honor me hace velar por su seguridad, además yo tampoco soy hijo de sangre del que una vez llamé padre, espero ser mejor en esta empresa que aquel que me crió.

La casa que la iglesia ha comprado para nosotros (mucho mas barata debido a ser quienes son), recibe el nombre de Casa Kaletra y está situada en el barrio noroeste, no muy lejos de la Plaza del Sapo. Es pequeña pero confortable, y anexo tiene hasta un pequeño establo.




Una vez que mis compañeros se han instalado en sus nuevas dependencias, nos decidimos por indagar por la barriada, entre puestos del mercado y las gentes del lugar, pues abundan los cazatesoros y la compraventa de artículos extraídos de Davokar. Escuchamos un rumor, algo que al Manto Negro le llama la curiosidad, pues un tal Maestre Milagro está en la ciudad, podría ser un mercader más pero su presencia en la ciudad tiene alborotados a los parroquianos, vende tinturas, pócimas y ungüentos, y solo pasa por la ciudad cada tanto. Tanis por su parte está interesado en conocer a tal personaje y qué es lo que vende, su instinto parece prevenirle por si las almas de estas buenas o no tan buenas gentes, están en peligro de que las corrompan con algún extraño elixir de extraña procedencia.

También pudimos disfrutar de la verborrea de Fenyek que tras percibir una posible reprimenda hacia un congénere suyo y una posible mala elección de este decide intervenir salvando la situación, comprando la caja de fruta que anteriormente el pequeño siervo trasgo dejó caer, apaciguado así la ira del mercader ambrio, y brindando unas palabras de sensatez al pequeño trasgo, increíble Fenyek a salvado la situación con su don de palabra y no se ha derramado sangre.

Finalmente acudimos a “Los Salones de Symbaroum”, es un establecimiento curioso, donde apagar el hambre de nuestros estómagos y otros más carnales, mientras disfrutaba de sus placeres culinarios, el resto de mis compañeros decidieron saciar sus necesidades carnales (sí, hasta el Manto Negro tiene sus pecadillos...), fue entonces cuando un trasgo se me acerco, se presentó como Goltas al parecer es familia de Fenyek (si cabe aún más malencarado que su primo, mí amigo), esperamos que este terminará sus quehaceres sexuales con una copa de vino. A este trasgo le gusta el alcohol no hay duda. Cuando Fenyek y Tanis aparecieron los dos trasgos empezaron a hablar en su caótico dialecto de forma efusiva y vivaracha, fue cuando celebramos esta reunión familiar a base de ingesta de licores varios, mis sospechas sobre el gusto de Goltas sobre los líquidos alegres no se hizo esperar, fue el precisamente el que tras un derramamiento de una pinta inicio una pequeña trifulca, o quizás no tan pequeña, Tanis desapareció, y los trasgos daban mamporros a diestro y siniestro hasta que se cruzaron y empezaron a pegarse entre ellos, ¿alguna redecilla familiar? No lo sé, solo sé que a los dos pobres incautos que se cruzaron en mi camino se acordarán de que no han de provocar a un auténtico caballero, al final de la trifulca y cuando me disculpaba por ella con la señora del establecimiento, Ordelia Retozona, la cual me agradeció que me pusiera del lado de sus hombres para sofocar el alboroto, Vadakh apareció por la escalera solventando el ataque de un borracho sin mucho problema, y como es costumbre en él llegando tarde a una pelea, tiene un don para ello, pero en fin cuando se pone a ello es efectivo y una gran ayuda para la causa.



Tras la pelea Fenyek y Goltas estuvieron hablando, no me enteré mucho, pero al parecer Goltas quería que Fenyek y otros trasgos cometieran una estupidez y Fenyek lo contrario...

Tras nuestras andanzas, fiestas y peleas, por el barrio nos retiramos a descansar, me reuniré con mis cachorros pues mañana, día del Sol, hemos acordado que al ser el día de Prios que iremos juntos a escuchar el sermón del Alto Padre Elfeno. Es hora de que los pequeños y Vadakh se empañen de las sagradas enseñanzas del Dios Sol.

Al día siguiente y con la fresca nos reunimos, Fenyek no nos acompaña cosa que agradezco ya que ha pasado algún tiempo, pero mis pequeños siguen mirando de forma desconfiada al trasgo (su verdadero padre), incluso noto ira en la mirada de Fenyek II, pero hoy son niños, niños inquietos e ilusionados por descubrir a que nuevo lugar los llevo.

(Más tarde Fenyek nos contaría que se reunió con otro primo suyo, Ugtuls y con Goltas, nos contó que hay una “rebelión” en ciernes y que había intentado calmar los ánimos).

El astuto Ugtuls

Cuando llegamos a la iglesia, como no es una sorpresa mi pequeña y pese a las miradas de muchos al entrar en el templo, se comporta de una forma encomiable, el chico es otro cantar, estaba seguro que empezaría a corretear por la estancia en cualquier momento, este chico está hecho de rabo de lagartija, pero al final y en contra de todo pronóstico también es comportó, incluso recibieron la bendición del mismismo Elfeno, sacándole a este una amable sonrisa, está bien, parece que estoy encauzado a los pequeños en el buen camino. Vadakh por su parte se muestra un tanto reacio, pero al menos ha hecho el esfuerzo de venir.

Tanis se reúne col Elfeno, al parecer le está pidiendo su beneplácito para investigar al Maestre Milagro, cosa que el Padre no se opone, pues Tanis es Manto Negro y si es su voluntad, su autoridad es más que suficiente para investigar cualquier posible mala praxis del misterioso comerciante.

Tras los sacramentos nos dirigimos a una de las más famosas tabernas de Fuerte Espina una que se halla en la copa de un gran árbol, hablo del famoso “Cucharón Alado”, es un lugar extraordinario, el sabor del vino me recordó a mis días en Styrkia, los pequeños estaban fascinados, e invité a la comida al resto de mis compañeros, en parte para ganarme la simpatía de Tanis, aunque sé que no es un hombre al que se le gane con el mero hecho de llenarme el estómago, pero nuestra visita a este lugar fue bastante fructífera, pues averiguamos que el Maestre Milagro estaría esta noche enfrente de donde nos encontramos vendiendo sus ungüentos, nos dispusimos a descansar hasta esta noche.

Al anochecer llegamos al punto de encuentro, efectivamente allí se encontraba aquel carro con aspecto más de feriante que de otra cosa, hombres y mujeres se encontraban haciendo cola para satisfacer sus deseos o vicios a la par, parecían desesperados, y unos cuantos matones, sin duda contratados por Milagro, les hacían permanecer en la cola.

Al encontrarnos cara a cara con el comerciante, este no pareció muy intimidado por el Manto Negro, Tanis insistió en echar un vistazo a sus artículos, pero este dotado de una gran verborrea esquivo la insistencia del audaz investigador, fue cuando la conversación parecía subir de tono, cuando la voz femenina de una desconocida nos interrumpió. Desconocida para todos menos para mí, se trataba de Giskay, aquella siniestra mujer que conocí en Kurun, Valgio en la Rata Gris me envió a ella para averiguar dónde se encontraba la reliquia de mi familia, aquella fue una experiencia siniestra pues aquella mujer no era humana, o, al menos, ya no, bebía sangre, y en aquella ocasión le compré información por unas monedas, pero también me pidió un par de cabellos blancos de mi cabeza, en ese instante creí que era un estilo de fetichismo, pero ahora me preocupa.



Hablamos con ella en el Cucharón y en un aparte conmigo, me dio uno de sus cabellos, me dijo que me lo enroscara en el dedo corazón si necesitara hablar con ella, y me advirtió que no me cruzase o intentara sabotear el gran negocio del Maestre Milagro de la próxima noche, si no tendría problemas, de los que reclaman la vida del incauto.

Tras aquellas palabras intenté disuadir sutilmente a mis compañeros de que no había nada de qué preocuparse y dejar el asunto, las preguntas de Tanis respecto a Giskay, fueron resueltas con vagas contestaciones por mi parte, que decidí ahogar en los caldos del Cucharon Alado, tras cenar nos dirigimos a descansar. Fenyek seguía con sus asuntos de trasgos...

La mañana siguiente la ciudad amaneció caótica, muchos de los trasgos se habían negado a acudir a los trabajos, al parecer estaban en “huelga”. Un tal Idelfons, se estaba encargando de convencer a sus congéneres de que depusieran su actitud.

Vadakh, por su parte, al parecer no estuvo ocioso, pues nos propuso un trabajo de escolta, un trabajo muy bien pagado para un solo hombre, pero no tanto para un grupo, el problema era en lo que consistía pues a quien teníamos que proteger era a un mercader muy adinerado y a su mujer que querían hacerse con el ungüento que le devolvería la vida a su hijo fallecido por fiebres hacía poco. La cita era en una plaza lodosa del peor barrio, al este de la Plaza del Sapo. Y el “suministrador” era ni más ni menos que el Maestre Milagro...

Tanis investigó sobre la planta principal del ungüento, la planta reviviscente, en la biblioteca de la Ordo, descubrió que valdría para devolverle la vida a los animales, incluso a los trasgos y ogros, pero con los humanos no, a los humanos los levanta en forma de plaga de muertos vivientes, podríamos desatar un horror como el de la antigua guerra, había que pararlo. Al parecer Fenyek ya tuvo contacto con esta hierba a instancias de la Huldra en Karvosti...

Por una parte, Vadakh y yo nos dirigimos al encuentro de los posibles compradores y entre sollozos de la mujer, pero con gran juicio del hombre los convencimos de que no era lo apropiado e implicaba un gran riesgo para todo el mundo. Su hijo estaría mejor a la diestra de Prios, que convertido en un temible dragul...

En fin, sin trabajo y sin monedas nos dirigimos al punto de encuentro para eliminar el potencial peligro que representaba la venta de estaba pócima, en un intento desesperado por evitar un enfrentamiento y he de ser sincero, del miedo de que Giskay hablara con Tanis y le diera pistas sobre mi supuesta participación de la muerte de aquel Manto Negro en Kurun. Avise a la criatura fémina de que no había podido disuadir a mis compañeros de estar en el lugar pactado para sus negocios.

Al llegar allí nos encontramos con una emboscada, pues lo que creíamos un ignorante mercader que no sabía lo que tenía entre las manos, resultó ser un infame plan para resucitar la plaga de draguls furiosos que antaño asoló a la humanidad, uno tras otros los matones del Maestre Milagro fueron cayendo, en mi cabeza resonaban las palabras de Giskay, esa zorra está tratando de manipular mi mente para que atacase a mis compañero pero no lo consiguió, quizás fue por eso o no, pero estoy casi seguro de que ese ser corrupto llamó a las ratas, hordas de ratas que nos pusieron en graves apuros, parece mentira que los hombres no fueran rivales y esas inmundas criaturas consiguieran abatir a la cerda de Fenyek y poner en apuros tan graves a Vadakh. La verdad es que no sé en que punto Tanis decidió perseguir él solo a la mujer de pálida tez, mientras el resto nos poníamos a salvo de las ratas, muertos ya Maestre Milagro y sus secuaces.

Al acabar con las ratas no dábamos con él, una frenética búsqueda dio su resultado, pues esa bestia consiguió tumbar al Manto Negro, con tal garrazo en su espalda que apenas le quedaba un hálito de vida. Gracias a las habilidades curanderas de Fenyek conseguimos salvar la vida a Tanis, no sé si estaba consciente o no, pero fue en eso momento de desesperación y sentimiento de culpa por haber avisado a la mujer corrupta de nuestros planes de ir a su encuentro, prometí al Manto Negro de que acabaríamos con ese ser, al coste que sea, aunque me cueste pagar por un pecado del cual no era consciente...

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EPÍLOGO I:

Darda enroscó el pergamino y lo metió en su funda de cuero y bronce. Entregaría el estuche a un mensajero del reino, debía estar en Fuerte Espina cuanto antes. Pagaría lo que fuera, para que saliera con urgencia. Todas las intrigas deberían salir a la luz... Quizá Vadakh, viejo amigo, con su creciente fama le pudiera ayudar...

EPÍLOGO II:

Giskay sopesó el último cabello casi blanco que le quedaba de Angar... sus iris amarillos relucían con maldad y una sonrisa maliciosa afloró a sus labios. “Angar, Angar, Angar... no quieres tenerme como enemiga”, pensó, su mente daba muchos originales salidas a este embrollo...

EPÍLOGO III:

Angar había mandado una semana antes un mensaje a Hirot, desde allí, instaba a Jarl Broegan a reenviar el mensaje a una dirección en los Titanes, una pequeña casa en Kasandrien... Allí la recibió Dakeyras. En la carta Angar avisaba a Dakeyras de su nuevo compañero manto negro y de cómo este estaba haciendo averiguaciones sobre el manto negro asesinado en Kurun (obra de ambos), mantendría el secreto de su participación y trataría de cubrirle. Dakeyras dio de comer y beber al mensajero de Broegan, y escribió una contestación, debía devolverla a Hirot, y de allí, alguien debía llevarla a la casa de Angar en Fuerte Espina: “Estimado Angar. Me alegra tener noticias tuyas y saber que sigues vivo. Agradezco que no le hablases de mi a ese Manto Negro, no esperaría otra cosa por otro lado. No me gustaría que se rompiera la paz que tanto me ha costado conseguir. Confío que con tu don de la palabra resuelvas el asunto y le alejes de tu pista. Si no es así, acaba con él, no sería la primera vez que asesinas a un tipo y yo no te retiraría la palabra. Saluda a los demás de mi parte. Tu amigo Dakeyras”.

EPÍLOGO IV:

Tanis se incorporó en su cama de Casa Kaletra... algo le daba vueltas en la cabeza... el dolor por el tajo en la espalda era enorme y se movió lentamente, hasta quedar sentado en la cama... pensó en el olor del cabello de Angar, era inconfundible, una mezcla de cúrcuma e hibisco. Ambas plantas se usaban para teñir el pelo... Además, cerca de las raíces, para un observador atento, y así se consideraba a sí mismo, el caballo clareaba de color claramente... Curioso...

EPÍLOGO V:

Fenyek hizo una copia del mapa en un buen copista, guardó el original con cuidado y se dirigió a Karabbadokk, allí estaba ya todo dispuesto. Había salvado los problemas con relativa eficiencia. Solo un día de huelga y un malestar general de los ambrios... pero Idelfons, había gestionado bien el problema, y no había habido muertes (idea original de sus primos). A Fenyek se le ocurrió otra cosa, un plan para alejar a los más beligerantes de Fuerte Espina. Y ya todo estaba preparado. Con el plano de Boreal (muy al norte de los territorios de los saareos), más allá de la costa septentrional estaba esa mítica isla, y según el mapa, el mayor tesoro que se pudiera pensar... Fenyek había convencido al inteligente Ugtuls y al bravo Goltas y en breve partirían hacia el norte con una expedición de trasgos (trece en total), a la búsqueda del mayor tesoro, que pondría a los karabbadokkos en una mejor posición... Ojalá, pensó Fenyek, pues quién sabe como podría acabar la siguiente revuelta de los trasgos...

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Y nada, así acaba “Trasgos rebeldes y malas hierbas”. Ahora viene una visita a una ciudad al este de Ambria (lado del mapa que aún no han explorado para nada durante la campaña).

Como siempre tras un rolato, estado actual de los PJs de la campaña:



Marcados saludos.-

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