Aventuras en la Marca del Este, un retroclón español de la caja básica de D&D.

El Clan del Lobo Gris, aventureros proscritos, los últimos de su clan.

Estas son las crónicas de nuestras aventuras, con este magnífico sistema.

martes, 3 de marzo de 2020

La Fiebre de la Caza, Parte 1



Buenas,

Seguimos avanzando en la campaña de Symbaroum Salvaje. Esta vez con una aventura oficial de la ambientación “La Fiebre de la Caza”. Creí que la podríamos hacer en una sesión entera, pero no, al final paramos al poquito de llegar a Esperanza de Salindra y suceder un asesinato... fue una de esas veces que mesa se lía y no termina de arrancar y meterse en la historia. Pero bueno, no pasa nada, ya tenemos fecha para acabarla.

El “rolato” va a hacerlo Antonio desde el punto de vista del nuevo del grupo Vadakh.

Solo me queda decir que, si vas a jugar esta aventura oficial de Symbaroum, dentro del suplemento de Nosolorol “Aventuras Volumen 2” no sigas leyendo si no quieres destriparte esta aventura (a mí juicio muy chula).

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“A veces caza,
Quién no amenaza”

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Finalmente me decido a conocer Yndaros y acompaño así a Angar a las tierras de su padre, mientras él se dedica a sus cosas, yo exploro la capital.

El viaje de vuelta a Fuerte Espina es duro, mi compañero Angar parece herido en el corazón, creyendo poder recuperar el respeto de su padre tras devolver a su abuelo... Este solo le recriminó que no recuperase una vieja espada y le trajese un viejo loco. Además, esta la historia de su hermana, que ha sido prometida, intuyo, contra su voluntad con alguien cuya única virtud es el dinero y la maldad...

Está claro que la familia no se elige, bueno, al menos no uno mismo, no sé qué llevaría a los elfos a dejar a Angar en esa cuna, si no fuese una persona de honor... cualquiera habría dejado de luchar por ella.

Me siento afortunado, y aunque hace más de tres lunas que no los veo, sé que mis padres están bien, viven tranquilos con lo necesario, un pequeño huerto y algunos amigos, alejados de las grandes aglomeraciones de personas. El dinero parece que solo trae problemas, se agarra a las entrañas de la gente y no les permite disfrutar de lo que tienen, pues ciegos ante ello, no saben que lo tienen. Es el mal de los pobres de espíritu.

Ya en Fuerte Espina, por fin conozco al resto de compañeros, Magdala de la que tanto escuché hablar, permanece impasible antes el mensaje que nos dieron hace unas semanas las brujas para ella: “Atenta a lo que yace en Esperanza de Salindra... un mal primigenio está a punto de levantarse... En dos lunas correrá la sangre en la colina de lodo”.

No sé si sabe algo, pero no lo comparte, estoy seguro que todos queremos evitarlo, pero parece que es una guerra que quiere cargar sola sobre sus hombros, bueno, acompañada de quien nos presentó como su guardaespaldas, un arquero trocalengo llamado Eryos cuyas miradas lascivas sobre ésta parece que no son correspondidas.

Bartelom, el mago de la Ordo, al final no fue tan terrible como me dijeron, si bien es cierto un problema de sudoración y algo de olor... no parece tan grave como me habían advertido, además que un buen baño seguro que lo soluciona. Al menos mejor impresión me dio, buena conversación y modales.

Un nuevo contrato nos hará adentrarnos en Davokar, unos padres (ricos mercaderes de Fuerte Espina) nos adelantan 50 taleros y el resto hasta 200 a la vuelta, si traemos de vuelta a su hijo Gidjabolgo, ventipocos años, fuerte, un ojo de cada color... que se adentró en el bosque buscando fortuna y hace poco se le ha visto dirigiéndose a colina de lodo de Esperanza de Salindra, ya sea por las buenas o por las malas.

Unos padres preocupados, miro a Angar que, taciturno, tiene la cabeza lejos, veremos qué podemos hacer. No soy partidario de traer a la fuerza, pero a ver qué situación nos encontramos y trataremos de convencerle. Pero creo que el verdadero problema será lo que allí encontremos, algo puede despertar según la profecía que trasmitimos a Magdala, intentaremos evitar el alzamiento de ese mal.

Parece que el camino de la bruja y el trocalengo también los lleva a la misma zona, así que seremos un grupo numeroso, bueno, siempre viene bien. Compramos equipo de viaje y vituallas para diez días y a la mañana partiremos hacia el norte, adentrándonos en la parte luminosa.

Unas negociaciones con un trotarríos y más de medio viaje ya lo tenemos hecho, además podemos ir tranquilamente en la barcaza mientras ascendemos por el rio Eanor. Al segundo día nos indican que no pueden avanzar más, las brujas del clan Karohar han establecido una prohibición de adentrarse más en estas tierras y él no quiere líos, parece sensato, pero nosotros si debemos de adentrarnos.

El camino es sencillo, solo hay que seguir la orilla del rio, Eryos y Fenyek van abriendo camino, hasta que, al adentrarnos en un claro, un ruido nos hace detener, parece una pisada, alguien nos acecha, echamos manos a las armas prestos a lo que el bosque nos eche encima. Un bárbaro bastante grande sale de entre la maleza y nos advierte, no podemos adentrarnos más, es zona vedada por las brujas, no se levantará el tabú. Intentamos convencer que nuestras intenciones no son hostiles ni venimos buscando ningún mal, solo el poder llevar de vuelta a un hijo con sus padres, que preocupados, nos han enviado. Por más loables que parezcan nuestras intenciones no les convencemos, y siete barbaros más asoman entre la maleza armados con hachas y apuntándonos con sus arcos.



Es inevitable, Angar se adelanta, una flecha le roza la pierna y el jefe salta desde lo alto de una piedra a su encuentro con una gran hacha en las manos. Varias flechas intentan impactarnos, pero unas grandes piedras nos protegen lo suficiente, salimos Fenyek y yo al encuentro, la lucha se alarga, sus flechas consiguen impactar, pero no atravesar nuestras armaduras, Eryos y Dakeyras disparan a sus arqueros hasta diezmarlos. Magdala se protege entre unos árboles mientras invoca una enjambre de insectos que nos ayuda con los bárbaros y Bartelom convoca las fuerzas de los elementos para impactar con un gran rayo negro en el pecho de su líder dejándole malherido. Demasiada oscura su magia, siento que pueda estar tocado por la sombra de Davokar, pero hay que reconocer que muy efectiva fue.

Otro cruce de golpes deja a Agnar muy malherido, a punto de caer consigue mantenerse, otro rayo de pura energía golpea a su líder, eso podría haber matado a cualquiera, pero en lugar de eso grita al cielo un lamento de ira, los ojos se le inyectan de sangre, parece fuera de sí, ase el hacha con las dos manos y un duro golpe atraviesa la armadura de Agnar cayendo este inerte al suelo.

Pero su líder sigue malherido, y ha perdido a la mitad de sus hombres, Fenyek y yo nos abalanzamos sobre él y conseguimos abatirle, para ir a por los arqueros que aún quedaban con ánimo de seguir en la lucha, todos caídos, el último decide rendirse, tira el arco y sale corriendo desarmado. El pobre tuvo la mala suerte de estar en el lado equivocado, le dejo huir. Pero una flecha del trocalengo intenta impactarle por la espalda. Falla, pero su nobleza ha quedado clara, y el bárbaro consigue perderse en el bosque.



Cortamos leña y según sus costumbres, que nos narra Magdala, quemamos los cuerpos de los caídos en una pira. Por suerte Agnar no está entre ellos, aun respira y Magdala consigue estabilizarlo y un poco de la magia de Bartelom también ayuda, pero las heridas son duras, costillas rotas y una nueva cicatriz enorme, tardará en recuperarse, pero verá otros amaneceres.

Unas horas más de viaje, cruzamos unos rastros y surcos de algún animal gigante que por suerte no estaba cerca y vemos frente a nosotros la empalizada de tres metros de Esperanza de Salindra, y al cruzar la puerta una mujer nos da la bienvenida, se presenta como Cara de Plata, y es la gestora de los derechos de excavación en la colina de lodo, diez taleros por el derecho de cavar y quedarte con todo lo que encuentres durante una estación. También es la dueña del 5:2, taberna y salón de juego.

Hay gente que busca en solitario y otros que contratan talereros para picar. No me gusta este sitio, el aire es denso y sucio, asfixiante, habrá que permanecer lo justo, encontrar a Gidjabolgo y marchar de aquí, salvo que Magdala nos solicite por si encuentra algo de ese mal, o queda solo en un mal presagio.

Montamos las tiendas de campaña cerca de la gran hoguera y empezamos a hacer preguntas a la gente, primero por quien veníamos a buscar, por el sitio en sí, y si hay algún curandero que pueda atender a nuestro compañero herido.

La empalizada esta adyacente a una colina de fango que según dicen tiene debajo un antiguo templo symbarico con infinitud de tesoros, y más de veinte concesiones diferentes están horadando la tierra para encontrarlos, una de ella la de nuestro objetivo, donde trabaja solo buscando su fortuna. Algunos han encontrado pequeños tesoros, monedas antiguas, restos de cerámicas y similares. Hace tiempo leí algo sobre un grupo que excavó tan profundo buscando piedras preciosas, que despertaron algo que yacía enterrado mucho tiempo y causo su ruina. Temo que esto pueda llegar a pasar aquí, que la profecía pueda ser cierta, y que cuando suceda nos pille aquí, o peor aún, que no.

Todas las noches cierran la empalizada pues hay un gran jabalí, cuyos rastros ya nos habíamos cruzado antes, que debe tener unas dimensiones descomunales, que da vueltas sobre la zona, y quien se lo cruza... no vuelve. Una antigua leyenda habla de una lucha entre esta jabalí y un guerrero antiguo, una batalla sin fin y que lo que hay debajo de la montaña de fango sea en realidad la tumba del guerrero. Espero que quede en leyenda...

Sobre alguien con conocimientos médicos parece que por aquí no hay mucho, me han hablado de tres personas, Handelo, un alquimista con el que antes nos cruzamos, parecía alguien de fiar, y según me dicen estuvo buscando entre las entrañas de la pieza que habían cazado para la comida buscando algún componente. También una mantonegro, Neferena, y un antiguo miembro de la Ordo Mágica al que llaman el señor del fuego o algo así, Sikandero es su nombre real. Lo malo es que todos están aquí cavando, olvidaron sus deberes, lo cual no creo que diga algo muy bueno de ellos. Este sitio parece que despierta la avaricia de la gente.

Según nos cuenta Bartelom, cuando llegamos y hablamos con Cara de Plata alguien nos espió místicamente...



Toda la tarde Magdala y su guardaespaldas han estado desaparecidos, si de verdad quiere luchar contra esa profecía acabara necesitándonos... son cosas que no entiendo, tanto secretismo cuando se busca un bien común.

Y mira por donde, aparece nuestro hijo pródigo corriendo de alegría dirección a la taberna buscando a Cara de Plata, y trayendo consigo una pieza de oro que ha encontrado. Esto dificultará que le podamos convencer para que deje la excavación, si encuentra tesoros... se querrá quedar. Fenyek aprovechando su alegría y reciente fortuna se le ofrece como peón, negocian un precio para cuatro días y es bien recibido, bien, ya tenemos alguien infiltrado y con más posibilidades de llevarle de vuelta.

Es tarde, una gran ogrosa de pelo cano y lacio, cierra las puertas, nuestros dos compañeros no han vuelto... descansemos y mañana veremos cómo encauzar todo.

La mañana nos despierta con gritos, parece que Handelo el alquimista ha sido asesinado esta noche en su concesión, al perecer Dakeyras sospecha que la alguacil ogresa ha hecho una seña a alguien con tintura en el fuego principal... En la colina, el cuerpo yacía boca abajo, un puñal aún caliente, quizá por métodos mágicos o alquímicos, clavado en su costado, y otra decena de heridas en el pecho. No pinta bien, y la sombra se sigue extendiendo desde la colina...

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EPÍLOGO 1:

Bartelom salió de la choza de Handelo en la concesión con gesto contrito. Había mucho más de lo esperando en esa casucha de madera. Él y Dakeyras habían investigado junto a la alguacil ogresa. Un asesinato, un puñal impregnado de extracto elemental de fuego, más de un asesino a tenor de las marcas en los brazos... pero lo peor... una carta que hace pensar que el tal Handelo en realidad se llamaba Khenad y era, “Prios me perdone”, pensó Bartelom, un acólito de los Señores Oscuros de Lyastra... es más, a tenor de la carta, parecía que había más de estos por todo Ambria, alguno incluso infiltrado en su querida Ordo... Por otra parte también llevaba consigo el libro, “Así habló Almegaster” un texto apócrifo que venía a decir que Prios no era un dios, si no un pío caballero que promulgó la paz y el amor...

EPÍLOGO 2:

Magdala y Eryos bajaron de la atalaya arbórea de los bárbaros Karohar. Girind, la joven bruja, había sido de mucha ayuda. Al parecer todo estaba relacionado con la mítica leyenda de La Danza de la Muerte, y el enfrentamiento entre el Cazador Eterno y Gylta, la Puerca Venerable, dos cuasi dioses de Davokar. Las órdenes del Pacto de Hierro habían sido claras, mantener el status quo, pero eso parece que iba a ser difícil dadas las circunstancias. Girind también había propuesto que se podría tratar de “negociar” con Gylta y a eso se dirigían Magdala y Eryos, cuando gritos y campanas en Esperanza de Salindra llamaron su atención. Quizá la reunión con la diosa abojalí podía esperar...

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Bueno y hasta aquí el rolato de esta sesión, el próximo día, ¿se desatará el caos?... Y, como siempre tras un rolato, estado actual de los PJs:



Marcados saludos.-

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