Buenas,
Octava
aventura a Symbaroum Salvaje, esta vez dirigida por Óscar, tras jugarla me dijo
que se la había bajado y que se titulaba “Lo que trajo el Lago Ebel”, así pues,
una vez ya jugada, busqué y se trata de una aventura subida al blog https://decenasdemundos.com/
Así pues, si
vas a jugar “Lo que trajo el Lago Ebel” no sigas leyendo, contiene SPOILERS, obviamente...
El “rolato” está
narrado desde el punto de vista de Sven el Dorado, el bárbaro errante del clan
Vajvod.
... ... ...
PRÓLOGO
«... atormentado,
el Maldito ruge de
agonía. Él, a quien
en vez de vida eterna
se le concedió una
muerte sin fin. Él,
Hinja, cuyos gritos de
dolor se propagan por
Davokar cada vez que
las aguas de su vida
se tornan vapor».
PRÓLOGO II
El prisionero levantó la vista ante la visita. El ruido del festejo del
gran salón había parado hace poco, ya debía ser hora de dormir. Pero Jarl Borg no
podía dormir, la rabia y la impotencia le consumían. Las dos figuras embozadas
que habían ido a la celda improvisada hablaron: «Señor, no se preocupe, nos
vamos de aquí, esta sucia gente no merece más de sus preocupaciones. Al
amanecer ya estaremos lejos...».
... ... ...
EN “EL
REPOSO DE LA COSTURERA” (FUERTE ESPINA):
¿Qué quieres
que te cuente lo que nos encontramos en el Lago Ebel? Jajajaja, es una buena
historia, pero empieza antes, al noroeste de allí, cuando aún viajaba solo.
Tras peregrinar días por los yermos de Nueva Berendoria por fin di con Hirot la
aldea independiente cuya maldición y bestia habían llegado a mis oídos. Acudía
allí para acabar con la bestia y que los escaldos cantaran mis gestas. Pero
cuál fue mi sorpresa, apenas dos noches antes, un variopinto grupo había
acabado con la maldición de Hirot, y, es más, había hecho que el pueblo se
sublevara, levantado por las trampas y tejemanejes de su anterior cacique, Jarl
Borg.
Así pues,
llegué a un poblado en fiesta, esa noche las puertas del Gran Salón estaban
abiertas para todos, correría la sidra, cerveza e hidromiel. Era hora de
celebrar a su nuevo cacique, Broegan Haverson y el fin de los días oscuros.
Allí acudí dispuesto a conocer a los héroes que me habían arrebatado la gloria.
Además, habiendo brujas y magos, quizá alguien podría darme una pista sobre mis
raros sueños.
He de decir
que la fiesta estuvo bien. Conocí a los héroes de Hirot y a un trocalengo y una
bárbara del clan Godinja que iban siempre juntos, Eryos y Ashara, también
rondaba por ahí un lugareño, Eorlum, valiente y decidido a tenor de sus
palabras y sus actos. He de decir que tras presentarnos y gritar a los cuatro
vientos nuestras glorias, la que más me sorprendió fue Magdala, una hembra
fuerte y dura, con ademanes de bruja y una voluntad de hierro. Podría ser una
digna madre para mis hijos jajajajajaja. El caso es que los dioses quisieron
que acabara la noche borracho perdido y con una lugareña entre mis brazos,
durmiendo en un lateral del salón común.
Antes del
amanecer gritos me despertaron y me sacudí de encima a la lugareña cuyos
prietos pechos me servían de acomodo. Pronto nos reunimos un grupo de
madrugadores pues las noticias no podían ser peores: Jarl Borg había sido
liberado por un par de disidentes y escapaban prestos en tres caballos.
Había que
hacer una batida, no podían escapar. Quizá la gloria de la que había sido
privado por mí retraso en llegar a Hirot sería recompensada decapitando a Jarl
Borg, del que se decía que era un gran guerrero con sangre de los clanes en sus
venas. El grupo se conformó con Eryos, Ashara, Eorlum, Magdala, Orlan de Daar
(el resto de los héroes de Hirot no podían partir con garantías, un ogro estaba
muy herido, un trasgo no solo estaba herido él, sino su jabalí al que dormía
abrazado, había un mago ambrio que parecía agotado y consumido por vencer
arcanamente a un espíritu guardián, y un arquero sombrío no quiso partir con
nosotros, de hecho, parecía elusivo y distante en la fiesta, como pensando en
otras cosas) y yo mismo.
Ashara y
Eryos demostraron su pericia rastreando, los fugitivos partieron hacia el este,
raudos con sus caballos. Iban más rápido que nosotros, pero se tendrían que
parar y descansar, y nosotros íbamos empujados por la sed de gloria y venganza.
Tres días
después tuvimos un encontronazo con bandidos, un grupo más numeroso que
nosotros, algunos de ellos llevaban ropas por encima de su rango, con el
símbolo de Jarl Borg, un lobo en sable aullando en campo sinople. Pareciera que
habían atacado a Jarl Borg y sus hombres y se hubieran hecho con parte de su
equipo... en cualquier caso nos rodearon y atacaron a distancia con sus arcos
curvos. He decir que nos defendimos bien, pese a la inferioridad. La sorpresa
hizo que uno de ellos me metiera cuatro dedos de acero en un costado, pero
respondí atravesándole el pecho con mi zurda, mientras cargaba hacía el que
había derribado a un compañero a mí diestra, le decapité... miré al compañero
caído, era el caballero pansar ambrio, Orlan. Un tajo, casi con más suerte que
habilidad, le había cercenado un lateral del cuello, solo pude ver como
intentaba en vano contener la ingente cantidad de sangre que salía a
borbotones... no duro ni diez latidos...
Acabamos con
todos los asaltantes, yo maté a otro, mientras no sé muy bien quién me decía
que le dejara vivo para interrogarle... no te puedes fiar de las palabras de un
bandido y ya metidos en refriega no suelo pensar ni escuchar mucho
jajajajajaja. Hicimos un montón con los cadáveres, yo me hice con una espada de
reserva, eran buenos aceros para portadores tan indignos. Acto seguido quemamos
los cadáveres, la mitad del grupo decía que sí, la otra mitad que no... pero es
mejor prenderles fuego, nunca se sabe que se puede levantar tan cerca de los
páramos.
Pronto los
rastreadores del grupo dieron con las huellas, ahora Jarl Borg iba solo, y al
parecer a pía, cansado y herido... la cacería se acercaba.
El rastro
llegaba al río Eblis, los días ya pesaban en nuestros hombros y piernas. El
rastro giraba al sur, siguiendo el río hacía su nacimiento en el Lago Ebel, así
pues, lo seguimos.
Tras un par
de días de marcha comenzamos a entrar en una tierra marchita y maldita, los
frutos que daba la tierra no eran buenos, e incluso la caza parecía mala, con
la carne como putrefacta, el río arrastraba algunos peces muertos hacía el
norte... algunos granjeros y pescadores a los que preguntamos por Jarl Borg no
nos pudieron ayudar a ese respecto, pero sí confirmando nuestras sospechas, la
tierra estaba maldita, una maldición llevaba instalada en el poblado y sus
alrededores más de un año, e incluso los Mantos Negros, pese a sus avances no
conseguían eliminar la maldición de la tierra.
El pequeño
poblado se llamaba Osdari, una villa, residencia veraniega de la Duquesa
Esmerelda, aunque, al parecer, hacía tiempo que no aparecía por allí, y su
mansión veraniega vigilaba la pequeña villa, desde lo alto, a orillas del Ebel.
Buscamos la taberna, la única que había en el pequeño villorrio, estaba regida
por dos hermanos trasgos, Biskitt y Tesnich (uno de ellos sin legua, amputada
por hablar de más, supongo). La comida, muy especiada para matar el sabor a
podrido, solo la probamos Magdala y yo. Pregunté al que parecía el jefe de la
taberna si había visto a Jarl Borg, apenas me dijo nada cuando volví a nuestra
mesa rápido, Magdala y Eryos estaban enfrascados en una discusión con el Ylvari
oficial manto negro y sus dos hombres. La mirada de Magdala es hielo, pero por
el dios águila de un solo ojo que sus entrañas son fuego, ya que en breves
segundos estaba peleando con los mantos negros... Eryos la ayudaba, así que también
intervine. Estampe un cuenco de estofado que había comido en la cabeza de uno
de ellos, dejándole inconsciente. El líder de los mantos había hecho que el
cordaje de las lámparas cobrará vida y atrapara a Eryos, pero el trocalengo se
liberó y la lucha se recrudeció, hasta que por la puerta apareció un bárbaro
enorme con un buen número de guardias. Se trataba de Koth, capitán de la
guardia de la residencia de la duquesa y del pueblo por extensión. Al parecer
también era amigo de Ylvari, ya que no hizo caso a lo que Magdala y yo
argumentamos (ella con lisonjas y mentiras, tratando de parecer desamparada),
ese Koth no siente la sangre de los clanes en sus aguadas venas... así que nos
instó a pasar la noche y partir con las primeras luces del día siguiente. Le
daba igual que viniéramos en busca de un prófugo y que pudiéramos, dado el
caso, ayudar con la maldición del pueblo.
Casi todos
mal dormimos en el suelo común de la taberna, pero Eryos y Eorlum acudieron a
la iglesia de Prios, llevada por Irathi una sacerdotisa. El trocalengo se las
apañó para que la sacerdotisa le “contratara” para investigar la maldición,
mientras Eorlum vagando por la iglesia encontró las cadenas y grilletes de Jarl
Borg. Irathi confesó que sí, ayudó al preso, ya que parecía cansado y necesitar
ayuda, al igual que hacía con nosotros, cuando también parecía que la
necesitábamos.
Y justo así
lo hizo, ya que cuando Koth se disponía a echarnos del pueblo (o intentar
darnos una paliza) le convenció para que nos dejara investigar la maldición con
calma. Y así hicimos, dejando aparcado, de momento, la persecución de Jarl Borg
(aunque sabíamos que andaba por las cercanías). Investigamos un poco la
situación:
Hace casi
dos años, un grupo de pescadores (Ben, Joe y Tenrie) encontró una estatua en el
Lago Ebel. La corriente había arrastrado hasta allí un cadáver, con marcas por
todo su cuerpo, manchas negras que cubrían su piel. Lo llevaron a la
sacerdotisa Irathi, para que dispusiera del cuerpo, que descansó por fin en una
pira funeraria. Eso sí, la estatua había desaparecido... Durante el siguiente
año, el infortunio azotó a la pequeña villa de Osdari, y cosechas se echaron a
perder completamente, con varios nacimientos abortados, e, incluso la caza y
pesca solo otorgaba carne podrida.
Fue entonces
cuando llegó el Manto Negro Ylvari a desentrañar la maldición sobre el pueblo,
descubrió que la fuente era la granja de Ben, un pescador y granjero, con el
que la maldición había sido especialmente cruel, matando a toda su familia, y
la hizo quemar.
Así pues,
decidimos acudir a la granja de Ben, prescindiendo de hablar con él, ya que
todo el mundo nos lo describía como un alma en pena, vagando por el pueblo.
Cuando nos acercamos a la granja quemada, señalizada (señales de la iglesia de
Prios con cadenas y calaveras
como que el sitio estaba maldito) y purgada por los mantos negros nos
encontramos con una viajera, una tal Lynae, una trocalenga bárbara, al parecer
con tanto de bruja como de exploradora... también investigaba la maldición, así
que decidimos investigar juntos.
Y nos
recibieron saetas en la granja, los tres mantos negros nos emboscaban y
atacaban, ahora con armas, malditos ambrios... luchamos y por mucho que digan
que estos cazabrujas son élite entre los ambrios, acabamos rápido con ellos...
pero no sé, había algo en su mirada, como perdida, vaga, distante... además los
tres tenían una especie de runa tatuada en la nuca... sospechoso...
La purga de
la granja había sido metódica, pero logramos encontrar un pasadizo, desde el
sótano de la granja llevaba a un pequeño muelle del lago, con un pequeño altar,
a los dioses oscuros y malditos...
En el
embarcadero había una barca, así que nos decidimos a investigar una pequeña
isla del lago a donde apuntaba todo... nos turnamos remando, la niebla de la
mañana no se había ido del lago y el ambiente estaba enrarecido... el chapotear
de los remos y los peces muertos enrarecían aún más la escena... cuando vimos
la isla, y en ella un altar en el que descansaba una figura de madera. Un
encapuchado salmodiaba daga en mano, mientras atado a la enorme piedra de atrás
Jarl Borg contemplaba la escena, estupefacto y con pánico en su mirar.
La barca
comenzó a temblar, las aguas se agitaban, pero dio tiempo para que Eryos y
Ashara disparasen sus flechas al encapuchado, matándole, no antes de que este a
su vez matara al encadenado Jarl Borg. Nos tiramos al agua y nadamos prestos a
la isla. Parecía que algo tiraba de nosotros para el fondo, pero todos salimos
rápidamente, aunque la trocalenga Lynae tardó algo más, y al salir algo era
distinto en ella... parecía como más animal... sus boca más cruel y bestial...
El caso es
que levitando, donde antes estaba nuestra barca, apareció una abominación, un
ser de humo y niebla, con tentáculos y dos cabezas huesudas, los zarcillos de
niebla nos atacaron y algunos se refugiaron tras el altar. La criatura recibió
algunos flechazos como si nada, apenas la atravesaban... Pero, que los dioses
bendigan a Eorulm, este partió la figura de madera de un seco golpe contra el
altar, y la criatura demoniaca pareció fluctuar y volverse “solida”... ahí lo
vi claro y cargué chapoteando en la orilla de la isla, de un golpe revente uno
de los cráneos, saltando trozos de hueso... Escuché un grito a mi izquierda,
Magadala cargaba también con su magnífica hacha, saltó, pero erro el golpe...
un par de flechas volaron, pero fue la espada de mi diestra la que reventó el
otro cráneo... me giré a Magdala y el fuego que ardía en mis entrañas me
impulsó a besar en la boca a la bruja. Jajajaja, el rodillazo y el codazo
mereció la pena...
Luego
averiguamos que el encapuchado era Ben, que había pactado con las fuerzas
oscuras, volviéndose un hechicero, siendo él mismo el que sacrificó a su
familia... volvimos a Osdari, donde nos recibieron como héroes, hasta Koth
parecía haber salido del embrujo de la maldición... la comida del pueblo empezó
a mejorar, espero que les vaya bien, ya que nosotros partimos hacía Hirot,
llevando las nuevas de la muerte de Jarl Borg, y de Orlan...
... ... ...
EPÍLOGO:
Tras una semana de periplo los héroes volvieron a Hirot, donde no se
celebró la muerte de Jarl Borg, ya que estaba teñida por la muerte de Orlan de
la Casa Daar, que había dejado a su prometida Morgan con el corazón roto... el
que hubiera sido su suegro, el nuevo cacique Broegan ofició un panegírico al
antiguo pansar... Los héroes, al menos, pudieron disfrutar de las comodidades
del Gran Salón, aunque todos comenzaron a sopesar la vuelta a Fuerte Espina...
... ... ...
Y hasta aquí
el rolato de esta sesión con Symbaroum Salvaje, ahora tenemos a un buen número
de héroes en la aldea independiente de Hirot, pero, con la muerte de Orlan que
hasta se había prometido con Morgan, ya comienzan a hablar de regresar a Fuerte
Espina, donde el misterio del a Corona de Cobre aun pende sobre sus cabezas...
Y como fin los
héroes de los jugadores en su estado actual:
Marcados
saludos.-
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