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domingo, 10 de abril de 2022

La Ira del Guardián, Parte 6

 


Buenas,

Y vamos con el sexto rolato de la campaña oficial de Symbaroum La Ira del Guardián (primera parte de la Crónica del Trono de Espinas). Ya acabamos el segundo acto y con este rolato comenzamos el tercer y último acto de la campaña, “Medianoche en Fuerte Espina”.

El rolato lo hace Pepe, desde el un punto de vista muy original... ahí lo dejo...

El próximo rolato será el último de esta campaña (primera parte de una mucho más grande que cambiará todos los cimientos de la ambientación), finalmente creo que nos llevará unas 22-23 sesiones acabarla entera.

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PRÓLOGO I:

«Bajo esta oscuridad el cielo me parece muerto, no necesito ayuda. Los cuervos son mis consejeros».

Katranja, exploradora vajvodea.-

 

PRÓLOGO II:

«Los gatos parecen conducirse según el principio de que nunca hace daño pedir lo que uno quiere».

Holdara de la casa Holtall, diplomática ambria.-

... ... ...

Hambre, sed, oscuridad… estoy encerrado. Llevo días así. ¿Dónde está esa humana? La puerta se abre. Luz. Varios humanos entran. Registran la instancia y dan conmigo. Junto con otros libros y redomas, sacan mi jaula de aquel cuartucho y me llevan a una habitación en una posada.

Estoy débil, hambriento y muy dolorido. De no ser por eso me hubiese escapado. El trasgo me cuida. La mujer rubia también es amable, pero el trasgo tuerto sabe cómo tratarme. Me alimenta. Me limpia. Me relajo.

Al cabo de unas horas me vuelven a alimentar. Parece que pronto volveré a tener fuerzas y escapare, ¡pero no!, tal y como esa humana a la que llamaban Anadea hizo cuando me compro en esa feria de animales cerca del enorme edificio redondo, el trasgo me pone un collar. Me vuelve a alimentar, esta vez con un manjar que ya había probado. Es delicioso, pero al igual que la otra vez, me relaja, aunque sé lo que pasara a continuación…

…es de noche cuando nos adentramos en el bosque. A pesar de que me siento extrañamente relajado mi instinto me hace buscar ese manjar que me han hecho probar y sé que lo encontraré en alguna parte del bosque. Mientras lo busco con ahínco, el trasgo me lleva con una correa y los demás le siguen. La humana rubia y el humano con la capa comentan que han hablado con alguien en la ciudad y buscan algo llamado los Salones de las Mil Lágrimas. No sé qué pinto yo en todo esto. Solo quiero encontrar ese manjar…

Despierto. De nuevo me alimentan. ¿Cómo diablos tienen ellos ese manjar? Quiero más. Sigo atravesando el bosque. Siempre vigilado. Siempre atado por ese trasgo. En el fondo me cae bien. Pero quiero mi libertad. Quiero mi manjar. Antes de oscurecer nos topamos con bárbaros de un clan antiguo, casi extinto. La jabalí que acompaña al trasgo, los despista mientras el resto de los humanos permanecen escondidos. A la noche dormimos. Estoy cansado. Mañana intentare escapar.

 

Aluin, hijo de Sarvola

Sigo atado. De nuevo brilla el sol. Seguimos atravesando el bosque. A media mañana se encuentran con un joven humano. Su aspecto es inofensivo. Los niños humanos no viajan solos por el bosque. Los humanos parecen tranquilos. De repente algo del muchacho parece asustar mucho a la humana rubia amable. Ese miedo parece poco a poco contagiar al resto, incluso al trocalengo… y se despiden temerosos y extrañados del muchacho. Yo sigo atado. Buscando el manjar. Solo deseo comerlo.

Se hace de nuevo la noche. Me han alimentado. Estoy más relajado. Si no estuviese atado escaparía, me adentraría en el bosque, los dejaría atrás y seria libre para buscar lo que más deseo, pero no me quitan ojo de encima. Estamos en unas ruinas. Se ha unido otra humana, la más fea que he visto en mi vida. Estamos acampados en unas antiguas ruinas. El trasgo, junto con la humana amable, parecen encontrar algo entre la arena y las piedras, un saquito. No huele a comida. Pueden hacer lo que quieran con él. De repente la noche se ilumina. Miles de luces empiezan a rodearnos. La humana amable los mira ensimismada, ¡pero! ¿cómo puede ser tan tonta?, hasta yo mismo se lo peligroso de esas luces. Por suerte el resto parecen saberlo también. El hombre de la capa y el trocalengo empiezan a alejarse de ellas rápidamente. El trasgo me desata y tira de mí y de la humana que sigue contemplando boquiabierta a las luces, mientras que la humana horrorosa mantiene alejada a un par de esas luces que se acercaban peligrosamente. Por suerte las conseguimos dejar atrás.

Al día siguiente el viento es fuerte. Mece el bosque entero. Solo los árboles más fuertes permanecen impasibles ante la ferocidad del viento. Llegamos hasta un pantano. Mi manjar esta al otro lado. Tal vez los torpes humanos se hundan si intentan atravesarlo y pueda escaparme. Mientras discuten si atravesarlo o rodearlo un ser viejo y amorfo aparece y les propone un trato. ¡Mierda! Va a estropear mi plan. El trasgo acepta un trato con el ser que se hace llamar Madre Marjal, pero esta aun no le revela cual será el favor a cambio. ¡Rápido tengo hambre! 

Hoy no hay viento. Pensé que los humanos eran lo más asquerosos, hasta que presencio con mis propios ojos el nacimiento de un ogro desde la mismísima tierra. Los humanos se asustan. El ogro estaba confuso, pero ya su tamaño era tremendo a pesar de acabar de nacer. Los humanos le dejaron comida, la cual el ogro recoge y se pierde en la frondosidad del bosque.

Otro día y sigo atado. Empiezo a sentirme con más fuerzas y harto de esta situación. He recuperado mi instinto y deseo más que nunca volver a ser libre. Pero no me dejan. Al trasgo se le ha caído el saco que encontró días atrás. Nadie salvo el humano con capa y yo nos hemos percatado de ello. Mas adelante vuelvo a tener una pequeña oportunidad, ya que una bárbara fuera de sí y asustada habla con ellos. Ha debido ver mil atrocidades y les avisa de que salgan del bosque. Pero no les distrae lo suficiente para poder romper mis ataduras.

Esa noche los humanos me demuestran su irracional comportamiento. El trasgo, mientras todos duermen parece querer cortarle el cuello al hombre de la capa. El resto de humanos tampoco entendió el comportamiento del trasgo. El humano con capa pasa la noche en lo alto de un árbol. En cierta manera le envidio.

 


No sé si los humanos las han visto o no, pero hadas llevan observándonos durante todo el día de hoy. Cuando cae la noche, el humano con capa vuelve a dormir en la copa del árbol y el trasgo trepa sigilosamente hacia allí. Sinceramente, yo lo hubiese hecho mejor. Me dejan atado y solo. Intento romper las cuerdas. No puedo, pero para mi alegría una pequeña hada, salida de la maleza intenta ayudarme. ¡Ya era hora! Pero la humana rubia y amable parece verlo. Arroja un cuchillo al hada. La noble hada intenta desesperadamente liberarme, pero esa humana, la cual ya no me gusta tanto, acaba con su vida. ¡la desgarraría la garganta si me fuera posible!

El deseo es atroz. ¡Quiero esas malditas setas! Y el bosque es inmenso, pero gracias a la propia naturaleza… ¡por fin doy con ellas! Como deseoso. Los humanos también parecen contentos de que lo haga, pero están esperando algo más, ¿tan hermoso es verme comer? .... de repente un torbellino parece imbuirnos y trasladarnos a otro lugar ¡nooo mis setas! Al menos comí todas las que pude.

El torbellino parece trasladarnos a un misterioso túnel descendiente. Los humanos parecen haberse olvidado de mí. Les seguiré entre las sombras y tal vez me vengue de alguno de ellos…

 


Los humanos llegan a una sala en la que un gigantesco elfo, casi el doble de grande que ellos, está meditando. A su espalda y a cada lado hay dos puertas. A ambos lados del elfo dos elfos más pequeños, encapuchados lloran sobre un cuenco.

Tras minutos de espera e incertidumbre los elfos hacen llamar a otra elfa, que parecía tener relación con los humanos. Esto es lo que verdaderamente parece que buscaban los humanos, repuestas de esa elfa a sus preguntas. Hablan de mi anterior dueña, Anadea, de su pertenencia a un anillo de hierro. Hablan del triste destino de los elfos. Hablan de pactos a cambio de su ayuda por acabar con una secta en la ciudad, hablan de un hombre malo Erlaber Ambreagos, de Eox un dios moribundo y de cómo curar su herida mortal. Tras las conversaciones y ante la preocupación de la humana que en su momento fue amable conmigo por el regreso a la ciudad un nuevo torbellino se abre y los humanos desaparecen

¡Al diablo con ellos! ¡Qué les den! Espero no volver a verlos. Ahora mi única preocupación es buscar esas setas de nuevo, ya en libertad….

... ... ...

 


De nuevo en Davokar un fuerte viento, que parecía que arrancaría los árboles más jóvenes del suelo, les recibió. Fenyek propuso acampar, ya que la noche estaba próxima, y de paso refugiarse de ese viento y mañana poner rumbo a Fuerte Espina. Aquella noche Darda soñó con un juicio de mantosnegros y su preocupación por Tanis aumentó. Apenas pudo dormir. Mientras a Fenyek, lo que le preocupaba era ese maldito nombre… Erlaber Ambreagos, ¿porque le sonaba tanto? Abrazó a Kverula, miró a Kiryn que volvió a pasar la noche en la copa de un árbol. Tal vez el viento haga el trabajo por él, pensó Fenyek, y el corazón avaricioso de Kiryn seria suyo a la mañana siguiente.

Apenas a media mañana se encontraban en la puerta norte de Fuerte Espina. Estaban más cerca de lo que pensaban. Atravesaron las puertas. En la Plaza del Sapo un pregonero del alcalde vociferaba las ultimas noticias desde el derrumbe. Tan cotidiano evento heló la sangre de todos, en especial de Hoptar. Según la fecha que el pregonero decía, era el día vigésimo del mes cuarto. Según sus cuentas en ese día estaban atravesando el pantano de Madre Margal. Todos se miraron entre ellos ¡hacía cuatro días de eso! –Hoptar, ¿estás bien?– Darda miraba ojiplática al trocalengo. Este tenía la mirada perdida, su piel estaba helada como el hielo. Todos se miraban unos a otros perplejos pero el trocalengo no asimiló bien la noticia, algo dentro de él se quebró.

Repuestos, y una vez asimilado tan peculiar viaje, todos se miraron. Yagaba, Fenyek, Darda, Kiryn y el estupefacto Hoptar. Deberían encontrar cuanto antes la curtiduría y a Erlaber Ambreagos, recuperar la cabeza de Eox, el dios moribundo y devolverla a las brujas de Davokar…. O una gran oscuridad caería sobre toda Fuertespina…

... ... ...

EPÍLOGO I:

(ASÍ HABLÓ AROALEA)

«… y en el albor de los tiempos estaba Wyrhta, el poder que crea.

Donde Nada había reinado de forma suprema, Wyrhta dio vida a Todo;

moldeando aquí y allá, engendrando ahora y entonces,

creó la una y en coro la otra.

Y donde surgió la atracción,

la naturaleza prosperó y se multiplicó…

 

… pero de aquello indómito Wielda apareció, el poder que rige:

el poder de la violencia deliberada, que doblega aquí y allá,

que transforma ahora y entonces según ideas y anhelos;

que cosecha la una y rechaza a la otra.

Con el tiempo el apetito de Wielda creció,

y el alumbramiento fue inevitable…

 

… porque la violencia engendra odio, engendra a Wratha, el poder que reacciona.

Nacida del hambre de Wielda por los designios de Wyrhta, Wratha está en todas partes y en ninguna,

siempre cerca de donde madre encuentra a madre,

siempre aumentando en fuerza el empuje de la violencia.

La llegada del oscuro fruto está predestinada,

tan ineludible como terrible…

 

… y ocurre, ha ocurrido y ocurrirá de nuevo,

que Wratha crece ilimitada, furiosa, ciega en su hambre.

Sucede que a la negrura le crecen carne y espíritu y las más afiladas de las garras,

que el fruto esparce semillas que envenenan a la primera,

con el objetivo de suprimir a la segunda.

Y encones muere Todo».

... ... ...

 

Y a continuación el estado actual de los personajes de Symbaroum Salvaje, ya muchos en Rango Legendario:

Héroes de Symbaroum.

 

Marcados saludos.-

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