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jueves, 20 de junio de 2019

Noche de Corrupción


Buenas,

Y continuamos con los rolatos de la campaña de Symbaroum Salvaje, en esta ocasión el noveno, los personajes se enfrentan, en su viaje de regreso, a una fuerte tormenta alojados en El Corazón de Jakad, lo que conllevará una “Noche de Corrupción”.

El “rolato” en esta ocasión lo hace Pepe, pero no desde el punto de vista de su personaje, Dakeyras, sino desde el punto de vista del bardo presente en la posada, Tizonero.

Por cierto, si vas a jugar “Noche de Corrupción” no sigas leyendo, contiene SPOILERS, obviamente...

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PRÓLOGO

El sueño era claro, los elfos se lo mandaron con claridad meridiana, Magdala volvía a Fuerte Espina con sus compañeros, pero el sueño que le había sido enviado, gracias al anillo del Pacto de Hierro, no la tranquilizó precisamente... en su viaje de regreso iba a encontrarse cara a cara con dos ataques de la corrupción surgida de Davokar... la primera, la dijeron, será un abojalí renacido, herido vagaba hacía el sur arrasando poblados y viajeros. Es tú deber como miembro del Pacto tratar de frenarlo... El segundo ataque de la corrupción es un misterio envuelto en brumas, que no logramos discernir, Magdala... ten cuidado, mantente firme y ¡Nunca más la Oscuridad!

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Odiaba viajar, no le gustaba salir de su cómodo palacete de Yndaros, pero esta vez lo negocios así lo quisieron, un mercader de su renombre debía de cerrar el trato en persona, y los beneficios le reportarían una fortuna lo que le haría más rico aún. Nunca pensaba que alguien podría llegar a amasar tal fortuna. Y allí estaba en mitad de la nada, cerca de Davokar y aun a dos días de Fuerte Espina, hacía tres noches que no dormía en una cama y estaba de mal humor. La caravana se detuvo y Guntar se acercó al carruaje.  -Mi señor, hay una posada que parece que podría estar limpia y ser de su gusto. Hoy podría dormir bajo techo. - Por un momento se borró el mal humor ante la posibilidad de la comodidad de una cama y el calor de una chimenea y le pareció la mejor noticia en los últimos días y más cuando estaba entrando la noche.

La posada se llamaba El Corazón de Jakad. Estaba amurallada y una vez atravesaron sus puertas vieron que realmente parecía acogedora. Tenía establos, un amplio patio para que su sequito pudiese montar sus tiendas allí ya que era numeroso y tal vez no habría habitaciones, un huerto que parecía bien cuidado, y un templete con un pequeño estanque. La posada parecía acogedora y parecía que habían llevado a cabo no hace mucho algún tipo de reforma.

Una vez dentro y después de que Koldra, la posadera, les atendiese, su marido, a pesar de tener el brazo en cabestrillo, haciendo gala de ser un anfitrión exquisito les ayudara a instalarse junto con un inmenso ogro de nombre Mangold que hacía de jardinero y que sus hijos se ocupasen de sus caballos, por fin disfrutaba de una cena al calor de la chimenea y dormiría en una cama, que a pesar de no ser de la comodidad de la suya en Yndaros daría descanso a sus viejos huesos. Disfrutaba de un licor que Koldra le había ofrecido al calor de la chimenea, ensimismado en sus cálculos con los táleros que le reportaría el negocio cuando algo le saco de sus pensamientos: -¿Le gustaría escuchar una historia a cambio de una buena cena y una jarra de vino? – Un tipo vestido de la manera más horrenda que había visto y con un laúd le trajo de nuevo a la realidad. – No molestes a mi señor – Guntar le agarró del brazo y el trovador puso una mueca de dolor, pero no borro su sonrisa. – Seguro que su señoría disfrutara de la historia y calentara las tripas de este su servidor – Bogdan miro al tipo. No había un solo color en sus ropajes que combinara y por un momento sintió lastima y aprecio por aquel trovador. – Guntar dejemos que nuestro amigo nos cuente una bonita historia. Si no es de nuestro agrado, amablemente le diré que nos deje y si se niega tú se lo pedirás y ya sabemos que tus modales no son los míos – Guntar soltó al trovador. Bogdan odiaba la violencia a no ser que fuera estrictamente necesaria, pero la interrupción de aquel trovador le molesto y tenía que marcar una línea.

El trovador, se estiro sus vestiduras y carraspeo. - Bien señores, no se arrepentirán. Mi nombre es Tizonero, y les contare como los Héroes de Hirot salvaron el corazón de Jakad de un brujo bárbaro y la tribu trasgo de Varraguldru, de hecho, yo mismo fui testigo de ello. Todo ocurrió hace unas semanas…. –



El día estaba oscuro y amenazaba tormenta, todo estaba tranquilo y aburrido en la posada, gozaba de la hospitalidad de Koldra y el día pasaba aburrido y monótono. Cerca del anochecer cuatro viajeros cruzaron las puertas de la posada. Se trataba de un trasgo, de nombre Fenyek y su jabalí Verula, un arquero callado y encapuchado de nombre Dakeyras, una bella bárbara de carácter indomable cuyo nombre era Magdala y un inmenso y de fiero ogro que respondía al nombre de Heavy. Cenaron en la misma mesa en la que su merced está sentada y me ofrecí a cantarles algo, aunque en principio no fui bien recibido. Roto el hielo como solo Tizonero es capaz de hacerlo, pasamos una velada agradable a la que se unió Koldra y en la que todos contamos historias. Los viajeros resultaron ser los héroes de Hirot, y contaron como habían salvado de una maldición a un pueblo que vivía bajo un ritual oscuro. En su camino hasta aquí se toparon con un engendro salido de Davokar, un inmenso abojalí corrompido, que les ataco saliendo del bosque y del que dieron buena cuenta y que tanto la bárbara como el trasgo discutían por quien le había dado muerte. Fenyek aseguraba que su lanzazo le había dejado tullido y mal herido y Magdala aseguraba que si no es por su golpe la bestia podría haberse cobrado alguna víctima, Heavy en silencio rumiaba que había sido su hachazo el que había decapitado a la bestia. En esa farragosa discusión estábamos cuando estallo una gran tormenta, tal que incluso las paredes de la posaba temblaban por los truenos. Tal era la virulencia de la de la misma que Heavy quedo pálido y sin habla, e incluso tuvo que visitar las letrinas.

Tras la noche el arquero alquilo un caballo a Barloam, un comerciante que viajaba con su escolta Fegorn, un rudo bárbaro, y partió raudo al alba hacia quien sabe dónde. Los caminos y decisiones de los héroes son un misterio. La tormenta no bajaba de intensidad y por el día seguimos en la posada. El ogro bebía y bebía, seguía pálido, contaba como el herrero de Hirot forjo un hacha para él y perdió una fortuna a los dados con la bárbara. Justo al caer la noche el arquero regreso. Parecía más feliz y amable, sobre todo conmigo ya que incluso me invito a una jarra de vino. Fenyek conto una bonita historia de la Torre de la Estrella, sus misterios y tesoros, y tras ello todos nos retiramos a las habitaciones salvo Dakeyras, que relevo a la hija mayor de Koldra, Melga, a hacer la guardia de la muralla que suele hacer ella. Cuando ya estaba en mi habitación afinando el laúd, y la lluvia repiqueteaba incesante en el tejado y las ventanas, y los relámpagos iluminaban toda la estancia la campana de alerta empezó a sonar.

Todo el mundo empezó a correr de un lado para otro. Bajamos todos a la puerta de la posada, hacia el patio interior. Una tribu de trasgos estaba atacando la posada. Eran decenas. A mi derecha veía como llovían flechas de fuego que gracias a los dioses y a la tormenta no consiguieron su propósito. Con escalas los trasgos escalaban la muralla. Desde arriba en la muralla el arquero intentaba contener, sin mucho éxito, con flechas a los que intentaban tiran el portón de la muralla. Heavy y Fenyek subieron a flanquear a Dakeyras y a contener a los trasgos que con las escalas habían conseguido atravesar la muralla. En el patio Fegorn, y Tandrag contenía a los que habían alcanzado el mismo en el flanco del templete y Magdala a los que lo habían hecho por la zona de los establos. La lluvia seguía cayendo con fuerza y los relámpagos iluminaban la escena cada rato. Un humo antinatural rojo acompañado de un incesante canturreo invadía el aire. Los trasgos asaltantes parecían fuera de sí. Arriba en la muralla las flechas de Dakeyras erraban una tras otra, Heavy solo podía contener a duras penas a los de su lado y solo Fenyek luchaba con la fiereza de los asaltantes y, a pesar de las heridas recibidas, los trasgos caían muertos a sus pies. En el patio la cosa estaba mejor ya que entre Fegorn, Tandrag y Magdala acabaron con los trasgos enloquecidos que habían asaltado la muralla…. Y de repente los trasgos se retiraron.

Tizonero carraspeo y miro pícaramente a Bogdan.  – Mi señor, tengo la garganta seca. Tal vez si quiere saber cómo sigue la historia ayudaría a aclarármela una jarra de vino. – Bogdan realmente estaba curioso con la historia y asintió gustoso. El trovador bebió un vaso de un trago, se aclaró la voz, y cuando se aseguró de que había creado la expectación adecuada prosiguió.



Tras la retirada de los goblin y aun bajo la tormenta una pequeña calma llego a la posada. Tandrag estaba herido y Fenyek también. Los trasgos corrían hacia el bosque con hachas para preparar una segunda oleada, pero uno de ellos escalo sigilosamente la muralla. Dakeyras y Fenyek lo interrogaron. Su nombre Shuggludd. Conto que su tribu había sido encantada por un brujo llamado Ashfaru, que a raíz de una poción que hacía en un caldero nublaba la mente a sus congéneres. Ashfaru iba acompañado por Hojanocturna, una antigua caballera corrupta que parecía quien lideraba el ataque. Desde la muralla a unos cientos de metros se podía ver como el brujo volvía a preparar en el caldero la poción y Hojanocturna preparaba de nuevo el asalto con escalas y un ariete.

Dakeyras y Fenyek descendieron sigilosamente la muralla con el objetivo de acabar con el brujo, mientras el resto nos preparamos para aguantar el asedio de la tribu.

Antes Hojanocturna y el brujo solicitaron la rendición y pidieron las aguas del manantial que al parecer en tiempos remotos tenían poderes sanadores. La respuesta no fue la que ellos querían.

Hojanocturna dio la orden y los trasgos cargaron contra la puerta, pero para su sorpresa nosotros las abrimos creando confusión entre ellos, mientras Magdala, Havey, Fegorn y Koldra la aprovechaban para ir acabando con los trasgos enloquecidos.

Mientras fuera Dakeyras y Fenyek, sigilosos como sombras entre la tormenta acechaban al brujo. Una flecha de Dakeyras atravesó el cuello de Ashfaru y Feyenk solo tuvo que apuñalarlo en su último suspiro y derramar el contenido del caldero.

En el patio mientras, Hojanocturna se abrió paso entre los trasgos esgrimiendo un espadón negro como la noche, llamado Regalo Oscuro, del que se desprendía muerte y miedo. Magdala y Heavy la hicieron frente, pero resultó ser un rival temible. El espadón cantaba una tenue melodía de muerte y el intercambio de golpes se inclinaba de parte de su portadora llegando un golpe que derribo a Magdala, dejándola al borde de la muerte. Heavy cargo contra Hojanocturna con su gran hacha de doble hoja y de un fuerte golpe separo la cabeza de la oscura caballera de su cuerpo.

En ese momento, y ya sin la nube que bullía del caldero del brujo, Shuggludd hizo entrar en razón a su gente y tras agradecer la ayuda recibida volvieron a su hogar en Davokar, siendo, eso sí, la mitad de los que partieron...

La malherida bruja pudo reconocer que el causante de todo pudo haber sido el caldero que resultó ser el mítico Caldero de Barrvalg perteneciente a las brujas de Davokar.

Y así fue como junto a los Héroes de Hirot pude salir victorioso al Asedio del Corazón de Jakad. Tizonero hizo una exagerada reverencia al público que le había escuchado. Bogdan sonreía. – Realmente ha sido una buena historia, y ahora me gustaría retirarme a dormir. Posadera que no le falte de comer ni de beber al trovador. - Bogdan se levantó y estrecho la mano de Tizonero en la que le dejo un talero y una inmensa sonrisa y aun cuentan por las posadas que tardó una semana en poder quitársela con el consiguiente dolor de mandíbula de los siguientes días.
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LARGO EPÍLOGO:

Dakeyras, llamó a la puerta de la habitación de Magdala. Llevaba una botella de licor que acababa de coger de la cocina. –“Como van tus heridas?”-  No esperaba respuesta. Le ofreció un trago a la bárbara. –“Veras, no me interesa lo mas mínimo ese endemoniado caldero, pero si un favor de las brujas. Soy fugitivo de Yndaros. Allí un señor del crimen me persigue. Mi vida me importa un cuerno, pero no la de mi familia. No sé que medios es capaz de lanzar contra mí Maximiliam, pero es poderoso. Creo tener a salvo a mi familia, pero no sé cuánto tiempo, es más, no pienso esperar a que me encuentre. Cuando pueda seré yo quien vaya a buscarlo, pero para eso necesito aliados y el Cabildo de las brujas de Karvosti serian de gran ayuda. Solo pido que intercedas por mí con ellas, que me ayuden una sola vez cuando más lo necesite”-.

El ladrón dio un largo trago de licor.

- “Por lo demás puedes hacer con el caldero lo q quieras”-. Sin esperar respuesta de la bruja empezó a irse de la habitación. –“Por cierto, mi habitación es la del fondo, dejaré la puerta abierta, no lo tendrás muy difícil si me quieres asesinar”- hacía referencia a unas amenazas veladas cuando hablaron sobre el caldero el día anterior... Dedicándola una sonrisa triste y algo cínica encaró el pasillo.

La bruja por fin contestó: - “El poder de las brujas emana de la vida, no de la muerte, y la influencia que ejercemos no alcanza mucho más allá de las poblaciones bárbaras que nos escuchan... por lo tanto no podemos proteger a tu familia de ese tal Maximilian, y atentaríamos contra la naturaleza si ordenásemos su muerte”-. Continuó, - “No obstante te digo: acompáñame a ver a la Huldra, con tu familia, planta tú mismo el caldero a sus pies y ofrécete a servirla a cambio de protección para tu familia y ella os acogerá a todos y jamás volverás a vivir con miedo”-.

Dakeyras se detuvo en el umbral de la puerta, y volvió a dar un trago a la botella. – “Bien, dejare el caldero”-.

- “Sabía decisión”- en realidad, Magdala, pensaba como exprimir las habilidades de Dakeyras en favor de su facción.

- “Bien, te acompañare a Karvosti, allí dejaremos el caldero a los pies de la bruja. Pero mi familia se queda allí donde esta. Solo quiero tener la palabra de las brujas de que están en deuda conmigo y mi familia.”- El ambrio se dio la vuelta y se acercó a la bruja. –“Viste que soy un hombre de palabra. Cuando cierro un pacto no lo rompo”- le tendió el brazo –“Espero que no lo hagas tú, o serás tú la que deberá dormir con los ojos abiertos”- volvió a sonreír irónicamente, pero esta vez la sonrisa no llevaba tristeza.

- “Si no va tu familia no la pueden proteger. No tiene gente en todas partes, en lo que es el nuevo reino de Ambria es apenas una red de informantes”-. Magdala se resistía a cerrar el trato.

- “Ya veré como negocio con ellas, eso ya es cuenta mía. Nuestro trato es que me lleves ante ellas y hables bien de mí. Eso es todo. Y ahora... ¿qué le ofrecemos a Fenyek? El caldero es suyo también. Tal vez nos pueda ser de ayuda en el viaje...”-.

Magdala sonrió enigmática, - “Deja eso de mi cuenta... jugaré con su codicia y el ansia de aventuras...”-.

- “Gracias Magdala. Recupérate de esas heridas. Yo me encargo de buscar como transportar el caldero hasta allí”-. Volvió a extender el brazo, mirando su propia mano, como insistiendo en que debía cerrar así el trato... Por fin la bruja, despacio, extendió su brazo derecho, se cogieron con fuerza del antebrazo y lo estrecharon a la vez que agitaban los brazos levemente, arriba y abajo... trato cerrado...

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Heavy llegó a la granja de la familia ambria que le criaron... a pocas horas de Fuerte Espina. El padre de familia estaba ordeñando a una de sus vacas. Heavy se acercó con todo el sigilo del que fue capaz. Aun así, el granjero se giró. – “¡Heavy!, por Pryos”-, el ogro fue directo al grano, - “Amigo, te traigo esta gran hacha, defiende con él a tu familia y prospera”-, el granjero sopesó en enorme hacha, - “Pero Heavy, quizá lo necesites”-.

- “Ahora tengo otra...”- Heavy se alejó sin volver la vista, ahora tenía otra, más poderosa, más oscura... otra que hacía a su alma anhelar la oscuridad de Davokar, un oscuro se reflejaba en su mirada...

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Y hasta aquí el rolato de esta sesión con Symbaroum Salvaje, la siguiente misión va a ser una visita a Karvosti que surgió por el propio devenir de la aventura y las relaciones entre los personajes con respecto a uno de los objetos encontrados en la misma.

En otro orden de cosas, vamos a intentar jugar y continuar la campaña por Roll20, para complementar las partidas en mesa (aproximadamente una cada 15 días), parece que está gustando y queremos subir el ritmo de juego, pero con familias y compromisos varios, la única manera en jugar on-line, así que ya veremos que tal nos va...

Por cierto, los héroes de los jugadores en su estado actual:



Marcados saludos.-

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