Buenas,
Y continuamos
con los rolatos de la campaña de Symbaroum Salvaje, en esta ocasión el noveno,
los personajes se enfrentan, en su viaje de regreso, a una fuerte tormenta
alojados en El Corazón de Jakad, lo que conllevará una “Noche de Corrupción”.
El “rolato” en
esta ocasión lo hace Pepe, pero no desde el punto de vista de su personaje,
Dakeyras, sino desde el punto de vista del bardo presente en la posada,
Tizonero.
Por cierto,
si vas a jugar “Noche de Corrupción” no sigas leyendo, contiene SPOILERS, obviamente...
... ... ...
PRÓLOGO
El sueño era claro, los elfos se lo mandaron con claridad meridiana,
Magdala volvía a Fuerte Espina con sus compañeros, pero el sueño que le había
sido enviado, gracias al anillo del Pacto de Hierro, no la tranquilizó
precisamente... en su viaje de regreso iba a encontrarse cara a cara con dos
ataques de la corrupción surgida de Davokar... la primera, la dijeron, será un
abojalí renacido, herido vagaba hacía el sur arrasando poblados y viajeros. Es tú
deber como miembro del Pacto tratar de frenarlo... El segundo ataque de la
corrupción es un misterio envuelto en brumas, que no logramos discernir,
Magdala... ten cuidado, mantente firme y ¡Nunca más la Oscuridad!
... ... ...
Odiaba
viajar, no le gustaba salir de su cómodo palacete de Yndaros, pero esta vez lo
negocios así lo quisieron, un mercader de su renombre debía de cerrar el trato
en persona, y los beneficios le reportarían una fortuna lo que le haría más
rico aún. Nunca pensaba que alguien podría llegar a amasar tal fortuna. Y allí
estaba en mitad de la nada, cerca de Davokar y aun a dos días de Fuerte Espina,
hacía tres noches que no dormía en una cama y estaba de mal humor. La caravana
se detuvo y Guntar se acercó al carruaje.
-Mi señor, hay una posada que parece que podría estar limpia y ser de su
gusto. Hoy podría dormir bajo techo. - Por un momento se borró el mal humor
ante la posibilidad de la comodidad de una cama y el calor de una chimenea y le
pareció la mejor noticia en los últimos días y más cuando estaba entrando la
noche.
La posada se
llamaba El Corazón de Jakad. Estaba amurallada y una vez atravesaron sus
puertas vieron que realmente parecía acogedora. Tenía establos, un amplio patio
para que su sequito pudiese montar sus tiendas allí ya que era numeroso y tal
vez no habría habitaciones, un huerto que parecía bien cuidado, y un templete
con un pequeño estanque. La posada parecía acogedora y parecía que habían
llevado a cabo no hace mucho algún tipo de reforma.
Una vez
dentro y después de que Koldra, la posadera, les atendiese, su marido, a pesar
de tener el brazo en cabestrillo, haciendo gala de ser un anfitrión exquisito
les ayudara a instalarse junto con un inmenso ogro de nombre Mangold que hacía
de jardinero y que sus hijos se ocupasen de sus caballos, por fin disfrutaba de
una cena al calor de la chimenea y dormiría en una cama, que a pesar de no ser
de la comodidad de la suya en Yndaros daría descanso a sus viejos huesos.
Disfrutaba de un licor que Koldra le había ofrecido al calor de la chimenea,
ensimismado en sus cálculos con los táleros que le reportaría el negocio cuando
algo le saco de sus pensamientos: -¿Le gustaría escuchar una historia a cambio
de una buena cena y una jarra de vino? – Un tipo vestido de la manera más horrenda
que había visto y con un laúd le trajo de nuevo a la realidad. – No molestes a
mi señor – Guntar le agarró del brazo y el trovador puso una mueca de dolor,
pero no borro su sonrisa. – Seguro que su señoría disfrutara de la historia y
calentara las tripas de este su servidor – Bogdan miro al tipo. No había un
solo color en sus ropajes que combinara y por un momento sintió lastima y
aprecio por aquel trovador. – Guntar dejemos que nuestro amigo nos cuente una
bonita historia. Si no es de nuestro agrado, amablemente le diré que nos deje y
si se niega tú se lo pedirás y ya sabemos que tus modales no son los míos –
Guntar soltó al trovador. Bogdan odiaba la violencia a no ser que fuera
estrictamente necesaria, pero la interrupción de aquel trovador le molesto y
tenía que marcar una línea.
El trovador,
se estiro sus vestiduras y carraspeo. - Bien señores, no se arrepentirán. Mi
nombre es Tizonero, y les contare como los Héroes de Hirot salvaron el corazón
de Jakad de un brujo bárbaro y la tribu trasgo de Varraguldru, de hecho, yo
mismo fui testigo de ello. Todo ocurrió hace unas semanas…. –
El día
estaba oscuro y amenazaba tormenta, todo estaba tranquilo y aburrido en la
posada, gozaba de la hospitalidad de Koldra y el día pasaba aburrido y
monótono. Cerca del anochecer cuatro viajeros cruzaron las puertas de la
posada. Se trataba de un trasgo, de nombre Fenyek y su jabalí Verula, un
arquero callado y encapuchado de nombre Dakeyras, una bella bárbara de carácter
indomable cuyo nombre era Magdala y un inmenso y de fiero ogro que respondía al
nombre de Heavy. Cenaron en la misma mesa en la que su merced está sentada y me
ofrecí a cantarles algo, aunque en principio no fui bien recibido. Roto el
hielo como solo Tizonero es capaz de hacerlo, pasamos una velada agradable a la
que se unió Koldra y en la que todos contamos historias. Los viajeros
resultaron ser los héroes de Hirot, y contaron como habían salvado de una
maldición a un pueblo que vivía bajo un ritual oscuro. En su camino hasta aquí
se toparon con un engendro salido de Davokar, un inmenso abojalí corrompido,
que les ataco saliendo del bosque y del que dieron buena cuenta y que tanto la
bárbara como el trasgo discutían por quien le había dado muerte. Fenyek
aseguraba que su lanzazo le había dejado tullido y mal herido y Magdala
aseguraba que si no es por su golpe la bestia podría haberse cobrado alguna
víctima, Heavy en silencio rumiaba que había sido su hachazo el que había
decapitado a la bestia. En esa farragosa discusión estábamos cuando estallo una
gran tormenta, tal que incluso las paredes de la posaba temblaban por los
truenos. Tal era la virulencia de la de la misma que Heavy quedo pálido y sin
habla, e incluso tuvo que visitar las letrinas.
Tras la
noche el arquero alquilo un caballo a Barloam, un comerciante que viajaba con
su escolta Fegorn, un rudo bárbaro, y partió raudo al alba hacia quien sabe
dónde. Los caminos y decisiones de los héroes son un misterio. La tormenta no
bajaba de intensidad y por el día seguimos en la posada. El ogro bebía y bebía,
seguía pálido, contaba como el herrero de Hirot forjo un hacha para él y perdió
una fortuna a los dados con la bárbara. Justo al caer la noche el arquero
regreso. Parecía más feliz y amable, sobre todo conmigo ya que incluso me
invito a una jarra de vino. Fenyek conto una bonita historia de la Torre de la
Estrella, sus misterios y tesoros, y tras ello todos nos retiramos a las
habitaciones salvo Dakeyras, que relevo a la hija mayor de Koldra, Melga, a
hacer la guardia de la muralla que suele hacer ella. Cuando ya estaba en mi
habitación afinando el laúd, y la lluvia repiqueteaba incesante en el tejado y
las ventanas, y los relámpagos iluminaban toda la estancia la campana de alerta
empezó a sonar.
Todo el
mundo empezó a correr de un lado para otro. Bajamos todos a la puerta de la
posada, hacia el patio interior. Una tribu de trasgos estaba atacando la
posada. Eran decenas. A mi derecha veía como llovían flechas de fuego que
gracias a los dioses y a la tormenta no consiguieron su propósito. Con escalas
los trasgos escalaban la muralla. Desde arriba en la muralla el arquero
intentaba contener, sin mucho éxito, con flechas a los que intentaban tiran el
portón de la muralla. Heavy y Fenyek subieron a flanquear a Dakeyras y a
contener a los trasgos que con las escalas habían conseguido atravesar la
muralla. En el patio Fegorn, y Tandrag contenía a los que habían alcanzado el
mismo en el flanco del templete y Magdala a los que lo habían hecho por la zona
de los establos. La lluvia seguía cayendo con fuerza y los relámpagos
iluminaban la escena cada rato. Un humo antinatural rojo acompañado de un
incesante canturreo invadía el aire. Los trasgos asaltantes parecían fuera de
sí. Arriba en la muralla las flechas de Dakeyras erraban una tras otra, Heavy
solo podía contener a duras penas a los de su lado y solo Fenyek luchaba con la
fiereza de los asaltantes y, a pesar de las heridas recibidas, los trasgos
caían muertos a sus pies. En el patio la cosa estaba mejor ya que entre Fegorn,
Tandrag y Magdala acabaron con los trasgos enloquecidos que habían asaltado la
muralla…. Y de repente los trasgos se retiraron.
Tizonero
carraspeo y miro pícaramente a Bogdan. –
Mi señor, tengo la garganta seca. Tal vez si quiere saber cómo sigue la
historia ayudaría a aclarármela una jarra de vino. – Bogdan realmente estaba
curioso con la historia y asintió gustoso. El trovador bebió un vaso de un
trago, se aclaró la voz, y cuando se aseguró de que había creado la expectación
adecuada prosiguió.
Tras la
retirada de los goblin y aun bajo la tormenta una pequeña calma llego a la
posada. Tandrag estaba herido y Fenyek también. Los trasgos corrían hacia el
bosque con hachas para preparar una segunda oleada, pero uno de ellos escalo
sigilosamente la muralla. Dakeyras y Fenyek lo interrogaron. Su nombre
Shuggludd. Conto que su tribu había sido encantada por un brujo llamado
Ashfaru, que a raíz de una poción que hacía en un caldero nublaba la mente a
sus congéneres. Ashfaru iba acompañado por Hojanocturna, una antigua caballera
corrupta que parecía quien lideraba el ataque. Desde la muralla a unos cientos
de metros se podía ver como el brujo volvía a preparar en el caldero la poción
y Hojanocturna preparaba de nuevo el asalto con escalas y un ariete.
Dakeyras y
Fenyek descendieron sigilosamente la muralla con el objetivo de acabar con el
brujo, mientras el resto nos preparamos para aguantar el asedio de la tribu.
Antes
Hojanocturna y el brujo solicitaron la rendición y pidieron las aguas del
manantial que al parecer en tiempos remotos tenían poderes sanadores. La
respuesta no fue la que ellos querían.
Hojanocturna
dio la orden y los trasgos cargaron contra la puerta, pero para su sorpresa
nosotros las abrimos creando confusión entre ellos, mientras Magdala, Havey,
Fegorn y Koldra la aprovechaban para ir acabando con los trasgos enloquecidos.
Mientras
fuera Dakeyras y Fenyek, sigilosos como sombras entre la tormenta acechaban al
brujo. Una flecha de Dakeyras atravesó el cuello de Ashfaru y Feyenk solo tuvo
que apuñalarlo en su último suspiro y derramar el contenido del caldero.
En el patio
mientras, Hojanocturna se abrió paso entre los trasgos esgrimiendo un espadón
negro como la noche, llamado Regalo Oscuro, del que se desprendía muerte y
miedo. Magdala y Heavy la hicieron frente, pero resultó ser un rival temible.
El espadón cantaba una tenue melodía de muerte y el intercambio de golpes se
inclinaba de parte de su portadora llegando un golpe que derribo a Magdala,
dejándola al borde de la muerte. Heavy cargo contra Hojanocturna con su gran hacha
de doble hoja y de un fuerte golpe separo la cabeza de la oscura caballera de
su cuerpo.
En ese
momento, y ya sin la nube que bullía del caldero del brujo, Shuggludd hizo
entrar en razón a su gente y tras agradecer la ayuda recibida volvieron a su hogar
en Davokar, siendo, eso sí, la mitad de los que partieron...
La malherida
bruja pudo reconocer que el causante de todo pudo haber sido el caldero que
resultó ser el mítico Caldero de Barrvalg perteneciente a las brujas de
Davokar.
Y así fue
como junto a los Héroes de Hirot pude salir victorioso al Asedio del Corazón de
Jakad. Tizonero hizo una exagerada reverencia al público que le había
escuchado. Bogdan sonreía. – Realmente ha sido una buena historia, y ahora me
gustaría retirarme a dormir. Posadera que no le falte de comer ni de beber al
trovador. - Bogdan se levantó y estrecho la mano de Tizonero en la que le dejo
un talero y una inmensa sonrisa y aun cuentan por las posadas que tardó una
semana en poder quitársela con el consiguiente dolor de mandíbula de los
siguientes días.
... ... ...
LARGO EPÍLOGO:
Dakeyras, llamó a la puerta de la habitación de Magdala. Llevaba una
botella de licor que acababa de coger de la cocina. –“Como van tus heridas?”- No esperaba respuesta. Le ofreció un trago a la
bárbara. –“Veras, no me interesa lo mas mínimo ese endemoniado caldero, pero si
un favor de las brujas. Soy fugitivo de Yndaros. Allí un señor del crimen me
persigue. Mi vida me importa un cuerno, pero no la de mi familia. No sé que
medios es capaz de lanzar contra mí Maximiliam, pero es poderoso. Creo tener a
salvo a mi familia, pero no sé cuánto tiempo, es más, no pienso esperar a que
me encuentre. Cuando pueda seré yo quien vaya a buscarlo, pero para eso
necesito aliados y el Cabildo de las brujas de Karvosti serian de gran ayuda.
Solo pido que intercedas por mí con ellas, que me ayuden una sola vez cuando más
lo necesite”-.
El ladrón dio un largo trago de licor.
- “Por lo demás puedes hacer con el caldero lo q quieras”-. Sin esperar
respuesta de la bruja empezó a irse de la habitación. –“Por cierto, mi habitación
es la del fondo, dejaré la puerta abierta, no lo tendrás muy difícil si me
quieres asesinar”- hacía referencia a unas amenazas veladas cuando hablaron
sobre el caldero el día anterior... Dedicándola una sonrisa triste y algo cínica
encaró el pasillo.
La bruja por
fin contestó: - “El poder de las brujas emana de la vida, no de la muerte, y la
influencia que ejercemos no alcanza mucho más allá de las poblaciones bárbaras
que nos escuchan... por lo tanto no podemos proteger a tu familia de ese tal
Maximilian, y atentaríamos contra la naturaleza si ordenásemos su muerte”-. Continuó,
- “No obstante te digo: acompáñame a ver a la Huldra, con tu familia, planta tú
mismo el caldero a sus pies y ofrécete a servirla a cambio de protección para
tu familia y ella os acogerá a todos y jamás volverás a vivir con miedo”-.
Dakeyras se detuvo
en el umbral de la puerta, y volvió a dar un trago a la botella. – “Bien,
dejare el caldero”-.
- “Sabía
decisión”- en realidad, Magdala, pensaba como exprimir las habilidades de
Dakeyras en favor de su facción.
- “Bien, te
acompañare a Karvosti, allí dejaremos el caldero a los pies de la bruja. Pero
mi familia se queda allí donde esta. Solo quiero tener la palabra de las brujas
de que están en deuda conmigo y mi familia.”- El ambrio se dio la vuelta y se
acercó a la bruja. –“Viste que soy un hombre de palabra. Cuando cierro un pacto
no lo rompo”- le tendió el brazo –“Espero que no lo hagas tú, o serás tú la que
deberá dormir con los ojos abiertos”- volvió a sonreír irónicamente, pero esta
vez la sonrisa no llevaba tristeza.
- “Si no va
tu familia no la pueden proteger. No tiene gente en todas partes, en lo que es
el nuevo reino de Ambria es apenas una red de informantes”-. Magdala se
resistía a cerrar el trato.
- “Ya veré
como negocio con ellas, eso ya es cuenta mía. Nuestro trato es que me lleves ante
ellas y hables bien de mí. Eso es todo. Y ahora... ¿qué le ofrecemos a Fenyek?
El caldero es suyo también. Tal vez nos pueda ser de ayuda en el viaje...”-.
Magdala
sonrió enigmática, - “Deja eso de mi cuenta... jugaré con su codicia y el ansia
de aventuras...”-.
- “Gracias
Magdala. Recupérate de esas heridas. Yo me encargo de buscar como transportar
el caldero hasta allí”-. Volvió a extender el brazo, mirando su propia mano,
como insistiendo en que debía cerrar así el trato... Por fin la bruja,
despacio, extendió su brazo derecho, se cogieron con fuerza del antebrazo y lo
estrecharon a la vez que agitaban los brazos levemente, arriba y abajo... trato
cerrado...
... ... ...
Heavy llegó
a la granja de la familia ambria que le criaron... a pocas horas de Fuerte
Espina. El padre de familia estaba ordeñando a una de sus vacas. Heavy se
acercó con todo el sigilo del que fue capaz. Aun así, el granjero se giró. – “¡Heavy!,
por Pryos”-, el ogro fue directo al grano, - “Amigo, te traigo esta gran hacha,
defiende con él a tu familia y prospera”-, el granjero sopesó en enorme hacha,
- “Pero Heavy, quizá lo necesites”-.
- “Ahora
tengo otra...”- Heavy se alejó sin volver la vista, ahora tenía otra, más
poderosa, más oscura... otra que hacía a su alma anhelar la oscuridad de
Davokar, un oscuro se reflejaba en su mirada...
... ... ...
Y hasta aquí
el rolato de esta sesión con Symbaroum Salvaje, la siguiente misión va a ser
una visita a Karvosti que surgió por el propio devenir de la aventura y las
relaciones entre los personajes con respecto a uno de los objetos encontrados
en la misma.
En otro
orden de cosas, vamos a intentar jugar y continuar la campaña por Roll20, para
complementar las partidas en mesa (aproximadamente una cada 15 días), parece
que está gustando y queremos subir el ritmo de juego, pero con familias y
compromisos varios, la única manera en jugar on-line, así que ya veremos que
tal nos va...
Por cierto,
los héroes de los jugadores en su estado actual:
Marcados
saludos.-