Buenas,
Y otra más,
continuamos con la campaña de Symbaroum Salvaje y sus rolatos personalizados, en
esta ocasión la primera parte de la aventura “La Perdición de los Reyes
Bárbaros”. En principio creí que íbamos a acabarla en una sesión, pero como
siempre nos liamos con mil cosas y las partidas tienden al infinito...
En este caso
el “rolato” lo hace el personaje nuevo (que suple al primer caído Kvarek),
Dakeyras, un ladrón/arquero que va a venir muy bien al grupo.
Por cierto,
si vas a jugar “La Perdición de los Reyes Bárbaros” de Clásicos del Mazmorreo no
sigas leyendo esto ni de coña, contiene SPOILERS,
obviamente...
... ... ...
PRÓLOGO
Los tres ladrones embozados, Kej, Stein e Ilham, embozados y protegidos por
la noche, estudiaban los glifos serpentinos de la puerta, ávidos y expectantes.
Stein al final descifró la forma de entrar sin despertar al espíritu
guardián... Les había costado mucho reunir el valor para acudir al túmulo. Sus
compañeros en “Las Tres Ratas” en Hirot se arrepentirían de haberse reído de
ellos. Con temor y resolución comenzaron a avanzar por el oscuro pasillo...
[...]
[...]
La cámara avanza rápidamente por el pasillo dejando a ambos lados puertas y
pasillos, cuando llega a una oscura sala, en la que un par de ojos rojos se
iluminan y suena un leve gruñido ultraterreno.
... ... ...
Hace una
semana que dejamos Fuerte Espina. Viajamos hacia el oeste, hacia el Túmulo de
Ulfheonar guiados por un viejo mapa de la Ordo que Fenyek el trasgo del grupo tenía en su poder.
Estamos
preparando el campamento. Magdala, la bruja bárbara, la única que fue capaz de
verme en la oscuridad del callejón de Fuerte Espina cuando me uní al grupo que
venció al "Desollador", se ha adentrado en el bosque en solitario.
Tras un rato ha vuelto y ha mantenido una conversación con Bartelom, un mago de
la Ordo que desprende un olor fétido. Junto al resto del grupo, Orlan, un noble
caballero y Heavy un gigantesco ogro termino de preparar el campamento. Antes
de dormir quiero desplumarle algunas monedas al ogro jugando a los dados.
Espero llegar pronto al túmulo y encontrar fortuna. Tan pronto como pueda
seguiré escribiéndote mi dulce Valeria.
[...]
Ha pasado
otra semana. Hemos llegado al poblado de Hirot. Es un lugar extraño y triste.
Llegamos al anochecer, pero poco antes de llegar entre la niebla nos
encontramos como una turba de campesinos acompañados de seis jinetes llevan
amordazada a una joven. Orlan intervino a favor de la joven, cuyo nombre es
Morgan, y Heavy, ejerciendo algún tipo de influencia sobre el populacho,
convencen a la turba que dejen a la joven a su cuidado tras descubrir que
pretendían sacrificarla a una bestia para el bienestar del poblado.
Morgan, aun
asustada, nos contó que el pueblo de Hirot está bajo una maldición. Desde hace
unos meses, cada 3 noches y a través de un sorteo, se sacrifica a una persona a
la bestia en una especie de altar a las afueras del pueblo. De no ser así la
bestia regresa cada noche al poblado para saciarse llevando a cabo una masacre.
Morgan nos indica el lugar del sacrificio, unos antiguos menhires. Heavy
propone ocupar el lugar de la muchacha, para que cuando llegue la bestia
podamos acabar con ella y así con el fin de la maldición de Hirot.
Colocamos al
ogro atado a los menhires, Orlan, acechaba desde detrás del improvisado altar,
mientras el resto del grupo aprovechamos la vegetación, la niebla y la noche
para acechar a la bestia cuando aparezca. Quedé al cuidado de Morgan. Tras una
breve espera, un demonio mitad lobo, mitad ave, sin alas, pero con cola
reptiliana apareció para cobrarse su ofrenda.
Orlan, tras
el monolito, invocó fuerzas arcanas en el filo de su espada para acabar con la
bestia, Magdala rezaba a las fuerzas de la naturaleza que la ayudasen a acabar
con el engendro obteniendo la resistencia de las rocas que nos rodeaban. Heavy
desenterró su espada de la tierra y liberándose de las falsas ataduras cargó
contra el demonio, Fenyek, cargó, también, valerosamente junto con su jabalí, a
la vez que el Bartelom descargaba poderes arcanos sobre el demonio. Desde la
espesura una de mis flechas, que hubiera matado al más terrible guerrero,
apenas hirió a la bestia de Hirot. En breves instantes el demonio había
estampado sobre los menhires al jabalí y herido seriamente al trasgo. Las
flechas apenas le hacían nada y el poder arcano del mago no parecía ser
suficiente. Orlan, presa del nerviosismo, veía como su espada se le escurría de
las manos, yendo a caer lejos de él en el campo de batalla... pero tras varios
golpes recibidos por la bestia, Magdala asesto el golpe definitivo ante el cual
todos vimos como el demonio se desvanecía en humo negro ante la alegría y
sorpresa de todos.
Tras cruzar
las puertas del amurallado poblado de Hirot, nos encontramos que la gente
seguía apesadumbrada y triste, aceptando que su destino estaba ligado al de la
bestia, sin esperanzas. Cuánto me alegro de que no hayas contemplado tal
desesperanza amor mío, incluso trate de levantar el ánimo del pueblo
vociferando estúpidamente que habíamos acabado con la maldición, pero fue en
vano. En la plaza del pueblo seguía la tenebrosa urna del sorteo, y un
sacerdote de Prios pregonaba a los cuatro vientos que solo el arrepentimiento
de los pecadores acabaría con la maldición. Con esta atmósfera de desesperanza Nothan
el Joven, líder de la guardia, nos condujo al Gran Salón ante la presencia del
cacique de la aldea, Jarl Borj. Allí nos recibió con honores, pero escéptico de
que hubiésemos liberado al poblado, bajo la influencia de su consejero, Syle-Ru,
una especie de brujo, del que Bartelom tiene la certeza de que la corrupción
ahonda en él, aunque tras llevar dos semanas oliéndolo, no se quién estaría más
corrupto de los dos. El brujo asegura que más muertes tendrán lugar en Hirot ya
que solo hemos logrado enfadar a la bestia, privándola de su sacrificio.
El grupo ha
decidido aceptar la hospitalidad y agradecimiento del padre de Morgan, Broegan
“el Oso” e ir a celebrar a su posada, “La Lanza Lobera”, a la vez que atienden
a la moribunda jabalí de Fenyek, realmente es increíble el apego que la tiene el
trasgo. Yo me he quedado en el gran salón, desde donde he aprovechado para
seguir escribiéndote mientras escucho los gemidos de Magdala disfrutando de los
placeres carnales con un miembro de la guardia del Jarl. Duerme Valeria, y no
dejes de hablar de mí a la pequeña Aela.
[...]
Hemos
empezado a sospechar que tal vez estemos equivocados, y tras la entrevista que
hemos tenido Orlan y yo con el sacerdote de Prios, Beacom, y Bartelom y Magdala
con una vieja viuda llamada Ymae que parece ser una antigua bruja a la que
temen en el pueblo y que el rastreo de huellas cerca de los menhires donde
anoche tuvimos el encuentro con la Bestia de Hirot llevado a cabo por Fenyek y
Heavy no ha dejado nada claro, decimos
que tenemos tres alternativas:
A la bestia
solo se la derrotaría inmovilizándola antes de matarla, para lo cual se necesitaría
el hacha de Ulfheonar, la fuerza bruta o una red que la bruja del pueblo es
capaz de tejer con paja, fuego y caballos de muertos, pero para lo cual pide en
matrimonio a uno de nosotros.
No temas mi
querida Valeria, ni por asomo me comprometería con la más bella de las ninfas,
menos aun con una vieja desdentada.
Tras
intentar convencer a Fenyek y a Heavy, incluso proponerlo a una partida de
dados (no era la mejor idea ya el ogro después de enseñarle en estas dos
semanas me había ganado todas las manos) nadie acepto. Orlan de hecho creo que
está tras los pasos de Morgan.
Discutíamos
la tercera opción, introducirnos en unas antiguas ruinas cerca del poblado, el
Túmulo de Ulfheonar (nuestro primer y ahora olvidado objetivo), y conseguir un
antiguo hacha, la cual atraparía y después exterminaría definitivamente a la
bestia, cuando, tal y como el pueblo de Hirot temía, el demonio volvió a atacar
esa noche de nuevo el poblado realizando una masacre y escapando posteriormente
a la oscuridad. Cinco son los muertos que se ha cobrado la bestia, y gracias a
que Heavy salvó a una niña de una de las chozas incendiada en el ataque...
Tras ello
Jarl Borg nos ha responsabilizado de este ataque, culpándonos de las cinco
muertes, por solo salvar una vida, Morgan. Mañana partiremos al alba hacia el
túmulo. Las miradas ya no nos son dadas con aprecio, y aun así Broegan nos
facilita viandas para la expedición y plantas curativas de parte del
herborista.
[...]
Hemos
partido muy temprano, pero anoche tuve tiempo se investigar la urna que preside
la plaza central del pueblo con los nombres de todos los habitantes y desde
donde se sacaba el nombre del condenado. Parecían estar todos, pero lo más
curioso es que dentro de la urna había otra pequeña caja, de la cual no logro
saber cuál es su función, pero en la cual introduje el nombre del Jarl Borj. No
sé de qué manera con ello intercedí en el futuro sorteo si este da lugar a
celebrarse.
Cuando hemos
llegado al túmulo nos hemos encontrado que la puerta estaba sellada con una
piedra circular, a la cual se llegaba a través de un estanque donde había
multitud de ofrendas decrepitas. No he cogido ninguna después de escuchar el
consejo de Orlan, quizá estén malditas. Una vez que Orlan, Heavy y Fenyek han
logrado mover la roca que daba acceso a la cripta, un espíritu del agua con
forma de una gran serpiente que parecía protegerla nos sorprendió. Las espadas
y las flechas eran inútiles, y si no es por Bartelom y su magia tal vez ese
espíritu habría acabado con nosotros. Ese mago me pone los pelos de punta, ojalá
nunca tengas que llegar a olerlo, pero he de reconocer que si no es por su
magia tal vez no hubiésemos superado al espíritu guardián. Espero que el
esfuerzo que realizó no aumente su nauseabundo olor.
Como ves mi
amor, me dispongo a adentrarme en el Túmulo de Ulfheonar, del que espero salir
con vida y fortuna, para poder reunirme contigo y Aela en breve.
Si no saliese
del mismo y alguien encuentra este escrito espero que te lo haga llegar y te
diga que vosotras sois lo que me da el valor para enfrentarme a los horrores
que me puedan esperar en el túmulo.
Dakeyras.
... ... ...
EPÍLOGO:
«…y no cesará la
búsqueda de la oculta
Ambal Seba, donde
la verdad se escribe
con oro, donde las
llaves del poder
primigenio están
grabadas en círculos
y círculos alrededor
de trece columnas.
Pero eterna es la
niebla. Y ni siquiera
Fofar el Destructor
puede levantar el
velo sobre un valle
que no existe».
... ... ...
Y hasta aquí
el rolato de esta sexta sesión con Symbaroum Salvaje, parece que está cuajando
y apetece seguir (ideas y aventuras hay por lo menos hasta para 12 sesiones). Ahora,
como de costumbre, adjunto los personajes jugadores de Symbaroum Salvaje en su
actual estado, justo tras jugar esta partida:
Marcados
saludos.-
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