Páginas

martes, 8 de noviembre de 2016

Crónica Walküre: Tiros, Mentiras y Holovideos



Saludos,

Hemos jugado tres partidas casi seguidas a Walküre, así que hoy toca el “rolato” de la última, dirigida por Antonio. El “aséptico” informe lo hace Joseph Turner el PJ de Sergio (y digo aséptico porque en la misión paso de todo —putas, más tiroteos, engaños, chanchullos, amenazas, etc.—, que el buen y sensato Turner omite o pasa de puntillas xD).

... ... ... ... ...



<<Para: Gjoubert@oberon-sh.com

Asunto: Informe sobre el caso Delgado.

Nivel seguridad: Confidencial. Archivo encriptado.>>

Paso a detallar los hechos que llevaron a la resolución del caso Delgado.

Recibimos la orden de reunirnos con Giles Joubert, director del Departamento de Análisis, en una residencia a las afueras de Zurich.

En la reunión participamos Sigmund von Isenhart, Ian O'Conner, Ivan Dragunov, el joven Blackmoon, Giles Joubert y el cliente, el señor Delgado.

El señor Delgado nos expuso el motivo de la reunión.

Su hija, Coral, había sido secuestrada en Londres hacía tres semanas. Aunque fue liberada a las 48 horas, había sido brutalmente mutilada. Se le habían extirpado quirúrgicamente los ojos.
Dados los problemas de rechazo a los implantes que había sufrido la joven, el señor Delgado deseaba recuperar los ojos de su hija a cualquier precio.

Nos pusimos en marcha hacia la capital británica en el primer vuelo, salvo O'Conner, que por razones “logísticas” tuvo que desplazarse hasta Francia y lograr “pasaje” en un barco hasta Reino Unido.

Finalmente nos reunimos en las oficinas de Oberon en Londres. Allí recogimos nuestro equipo y nos dirigimos a un piso franco proporcionado por Oberon, como base de operaciones.

Una vez instalados iniciamos la investigación. Mientras Blackmoon trataba de acceder al expediente policial del caso, von Isenhart y yo procedimos a entrevistarnos con la señorita Delgado.




No obtuvimos mucho de la entrevista, la señorita Delgado nos relató que después de una noche de fiesta en un local llamado la Cúpula del Placer, se dirigía a su casa junto con su amigo Justin Lecci.
En un momento dado cayó inconsciente y cuando despertó se encontraba en un edificio abandonado y había perdido sus ojos.

Al regresar al piso franco, recibimos una llamada de nuestros compañeros, Blackmoon había tenido un pequeño problema técnico mientras accedía al sistema de Scotland Yard y había hecho saltar algunas alarmas. Como consecuencia tuvimos que desplazar nuestra base de operaciones a un cuchitril destartalado.

A pesar del incidente, Blackmoon había logrado obtener la información que buscábamos. El de Coral Delgado no era el primer caso de secuestro con extirpación quirúrgica de órganos. En el último año se habían producido más casos. Por tanto era claro que había algún tipo de grupo organizado tras estos hechos.

Al día siguiente retomamos las investigaciones. Mientras Dragunov se dirigía a entrevistar a una de las anteriores víctimas y Blackmoon seguía rastreando la red para obtener información, von Isenhart y yo nos dirigimos a entrevistar a Justin Lecci.




El amigo de la señorita Delgado nos relató que al salir de la Cúpula del Placer fueron asaltados por dos desconocidos, un hombre negro y corpulento y otro bajo y con un llamativo peinado con forma de cresta. Vio cómo su amiga caía inconsciente, y al volverse vio a los dos hombres. El de la cresta se abalanzó sobre él y le apuñaló.

Al reunirnos más tarde, Dragunov confirmó que a la víctima a la que había entrevistado también le atacaron cerca de la Cúpula del Placer.

Por tanto decidimos que esa noche iríamos a dicho local para tratar de identificar a los atacantes.

Tal y como O'Conner nos había informado anteriormente, el lugar era el punto de encuentro y de ocio de la escoria londinense. Pandilleros, mafiosos de medio pelo, matones barriobajeros, … eran los clientes habituales del lugar. Y mezclados entre ellos algunos estudiantes y jóvenes de buena familia con ganas de tener alguna experiencia “fuerte”.

Necesitábamos acceder a las cámaras de grabación del local para tratar de identificar a los sujetos que habían atacado a la señorita Delgado. O'Conner se ofreció para crear una distracción que nos permitiese pasar a las oficinas del local.
Es posible que se le fuese un poco de las manos, pero O'Conner cumplió con su objetivo. Mientras los miembros de seguridad y más de la mitad de los clientes estaban enzarzados en una batalla campal, accedimos a las oficinas.

Una vez más Dragunov hizo gala de su sangre fría y aniquiló a los ocupantes de la oficina.
Nos llevamos las grabaciones que buscábamos antes de que llegase la policía.

La noche fue productiva, además de las grabaciones, O'Conner consiguió poner nombre a nuestros sospechosos, Sullivan (el corpulento) y Drew (el del peinado llamativo).

Al día siguiente, al revisar las grabaciones, Blackmoon pudo identificar en una de ellas a Coral Delgado hablando con un hombre. Parecía estar entrevistándola con una cámara.

Recurrimos a Coral y ésta nos informó que el hombre en cuestión era Frank Weiler, una especie de agente / representante. La había entrevistado con la intención de ofrecerle algún trabajo en la televisión. Al parecer la oferta no prosperó porque Coral no volvió a saber nada de él.

Mientras los demás rastreaban a Drew y Sullivan, von Isenhart y yo nos dirigimos hacia la residencia de Weiler para entrevistarnos con él y tratar de obtener información adicional.

Al llegar a su casa encontramos la puerta entornada. Con precaución entramos y nos encontramos a Weiler moribundo. Había sido gravemente apuñalado. Rápidamente y antes de que pudiese llegar la policía, revisamos la vivienda y encontramos un cuarto oculto lleno de grabaciones y un sistema oculto de cámaras que almacenaba las imágenes tomadas en el piso en un disco duro.

Nos llevamos algunas de las cintas y el disco duro del sistema de grabación. Borramos nuestras huellas y abandonamos el lugar. Por supuesto informamos de forma anónima a la policía para que acudiesen a atender a Weiler.

Al estudiar los datos descubrimos que Weiler estaba trabajando sin saberlo para un mafioso llamado Styles, que se dedicaba a traficar con órganos.
En las grabaciones de la casa también pudimos ver que un hombre que se correspondía con la descripción de Drew había sido el atacante de Weiler.



Styles parecía tener su base en un hotel, así que nos dirigimos hacia allí. Sin embargo Styles había abandonado el lugar hacía muy poco.
Al salir del hotel descubrimos a Drew, inmediatamente O'Conner y Dragunov iniciaron su persecución, hasta llegar a un parque cercano.
Resultó ser una emboscada. Mientras O'Conner trataba de reducir a Drew, Sullivan apostado con un rifle de largo alcance trató de eliminarle.

O'Conner hizo valer sus habilidades y logró eliminar a ambos con ayuda de Dragunov. Además pudo obtener la localización de Styles.

Éste se había refugiado en un viejo hotel abandonado, junto con algunos matones como protección.
Dragunov y O'Conner volvieron a hacer gala de sus habilidades y conseguimos reducirlos.
Al interrogar a Styles averiguamos que trabajaba por encargo de un tal doctor Hosukame.

Al investigar a Hosukame averiguamos que trabajaba en una clínica implantando los órganos conseguidos por Styles, pero sin conocer su origen.

Aunque quizás nos faltan pruebas concluyentes, creo que el culpable de buscar los órganos ilegalmente es Waddel, el director de la clínica. Pero hemos dejado ese trabajo para Scotland Yard, después de proporcionar anónimamente las pruebas recopiladas.

Finalmente identificamos al cliente de Waddel al que se habían implantado los ojos de Coral Delgado y le pasamos la información a nuestro cliente. Dados los recursos del señor Delgado, podrá llegar fácilmente a un acuerdo para recuperar los ojos de su hija.

<Fin informe>.

... ... ... ... ...

Marcados saludos.-